El desprecio de Bonilla hacia la prensa incrementó con la llegada de la pandemia por el COVID-19. La mayoría de los casos, se registraron entre junio y julio pasado.
Según datos del reporte, el gobernador transmitió en vivo a través de sus redes sociales y de las institucionales, 224 veces, y en 45 de esos videos atacó a mujeres periodistas y desprestigió la labor informativa de los medios.
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El análisis en el que asesoró con metodología el organismo internacional Artículo 19, reveló que por cada 5 transmisiones de gobierno, una fue usada para agredir a periodistas, o atacar a la libertad de expresión.
El primer desprestigio ocurrió en enero y en una transmisión se refirió como “notas amarillistas” a reportes de prensa sobre el arribo de migrantes a Tijuana.
Pero hay casos más graves, donde el gobernador lanzó llamados a la población a no leer medios, ni comprar periódicos, atentando así al derecho a la información de la población.
Dos de las víctimas más recurrentes de Bonilla han sido la corresponsal del diario Reforma, Aline Corpus, y la codirectora del semanario Zeta, Adela Navarro.
Prensa Bajo Fuego, la iniciativa periodística que utiliza datos abiertos y trabajo colaborativo, encontró patrones y tendencias luego de registrar y analizar los discursos de Jaime Bonilla, y de miembros de su gabinete, en los reportes diarios de gobierno.
A Corpus le dijo que se veía “muy mal con su periódico”, tras un reportaje sobre el ocultamiento de información sobre decesos, y a Navarro la ridiculizó diciendo que se había equivocado 22 veces en un artículo de fondo sobre ocultamiento de resultados de pruebas de pacientes con COVID-19.
De hecho, con la llegada de la pandemia al estado, el secretario de Salud de Baja California se unió a las transmisiones y según el análisis, fue el segundo funcionario con más discursos contra la libre expresión y agresiones directas a medios y periodistas.
“El fake news está por todos lados. El querer infundir miedo para debilitarnos como sociedad y gobierno, no lo vamos a permitir”, dijo Alonso Pérez Rico el 23 de marzo.
“Si no se les dice aquí, por el gobernador, es falso”, reafirmó un día después.
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Las acusaciones de noticias falsas y explicaciones sobre cómo los medios supuestamente publicaban para golpear en venganza, porque no recibían contratos por publicidad oficial, se convirtieron en mensajes recurrentes durante las transmisiones.
“Buscan la alarma, asustar a la gente. Lo peor que nos puede pasar es empezar a creerle a estos periodistas que dicen conocen de medicina y la realidad es que no conocen la diferencia entre una Nazil y un Mejoral”, dijo Bonilla en otra de sus transmisiones.
La mayoría de las veces, Bonilla y miembros de su gabinete, se expresaron contra la prensa en general, pero siempre que agredieron de forma directa, fue solo a mujeres periodistas.
En total, agredieron a cuatro reporteras en 38 ocasiones.
Sin nombrarlas, desacreditó el trabajo de Erika Gallego, de La Voz de la Frontera y de Elizabeth Vargas, de Ensenada.net.