ARTÍCULO DE OPINIÓN
Newsweek Baja California cede este espacio a familiares de víctimas de feminicidio en la entidad. Aquí escribe Stephania sobre su hermana, Cristina Carbajal, una joven que fue asesinada el pasado 06 de enero, en su domicilio en Tijuana. El texto fue editado para facilitar su comprensión.
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Este año asesinaron a mi hermana Sandra Cristina Carbajal Segura. Hay pruebas que incriminan a una persona, pero el Ministerio Público considera que no son suficientes para dictar una orden de aprehensión.
Mi familia se encuentra destrozada. Es una situación insuperable.
Antes yo no creía en la inseguridad que se decía de nuestra ciudad, Tijuana.
Veía noticias y me impactaban pero nunca me imaginé que dentro de un hogar pudiera suscitarse algo así.
Siempre le decía a mi hermana que cerrara bien la casa y que no dejara entrar a extraños, pero ¿qué pasa con las personas que se supone son de confianza? ¿Qué pasa con los amigos, familia o pareja?
Pasa que cualquiera puede ser un asesino de la noche a la mañana.
Pasa que las mujeres corremos peligro siempre. Pasa que tenemos que avisar nuestra ubicación y de quién nos acompañamos cada vez que sea posible e “imposible”.
Pasa que en Tijuana y en todo México se ha inculcado el machismo por años, que la misma sociedad está generando asesinos y que se está normalizando ver asesinatos diario.
Mi hermana está muerta y nada me la va a devolver.
Mi hermana fue asesinada y que encierren al asesino no me va a consolar, pero será un asesino menos en la calle.
Como él hay más, porque el gobierno no hace nada y menos miedo tienen de matar mujeres. Se sienten fuertes o valientes pero son escoria.
Me he dado a la tarea de conocer los casos de otras chicas asesinadas en mi ciudad y me he dado cuenta de lo inútiles que son las autoridades.
Antes pensaba ¿de qué le sirve a las feministas marchar y hacer desastres en las calles? Ahora siento este coraje e impotencia y ya entiendo que mínimo sirven para desahogarte.
A quienes no les parece el movimiento, los respeto.
Pero también pido que lo entiendan, que no se molesten tanto.
Si no han sido víctimas de un acto de violencia, den gracias a la vida por eso.
Ojalá que nunca pasen por una situación semejante a la mía y de mi familia.
Si vives en México, cuídate hasta de tu sombra.
No confíes en nadie, menos en los hombres. Esto no es psicosis, es la realidad.
Aprende a defenderte, ve a clases de lo que sea que tenga que ver con defensa.
Compra un gas pimienta o lo que consideres y espero que nunca tengas que usarlo.
Con amor a todas las mujeres, porque todas son mi hermana y todas las muertas lo fueron.