Hace 40 años, la cultura del cannabis eran Cheech Marin y Tommy Chong fumando popó de perro en Up in Smoke, de 1978, o la mentalidad de “olas sabrosas y buenos pasones” de Spicoli (Sean Penn), el surfista perpetuamente pasado en Picardías estudiantiles, de 1982. Estos estereotipos fueron enormemente entretenidos y sumamente tontos, pero los tiempos han cambiado obviamente. Ahora, por ejemplo, la marihuana es legal para uso recreativo y médico en varias ciudades, y la idea de que solo un tipo de persona fuma hierba es absurdo (siempre lo fue, como decir que todos los que fuman tabaco o beben licor comparten los mismos estereotipos específicos). Pero todavía estamos en transición entre la legalidad y la aceptación social, y ese es el punto óptimo de la serie de televisión High Maintenance.
La serie de HBO aclamada por la crítica pronto terminará su segunda temporada de diez episodios. Sus creadores, Ben Sinclair y Katjia Blichfeld, eligieron un formato de antología que permite un universo expandido, que abarca una amplia variedad de fumadores de hierba, algo que Broad City, de Comedy Central y otro programa moderno de marihuaneros, no puede lograr del todo. Cada episodio de media hora presenta un reparto diferente de personajes neoyorquinos, desde animados intérpretes de House of Yes hasta agentes de bienes raíces de Brooklyn en aprietos y vagabundos otrora jasídicos. La única cosa que comparten todos —aparte de una ciudad— es su proveedor de hierba, el Tipo, interpretado por el desaliñado Sinclair.
La hierba siempre está presente, pero rara vez es el centro de atención de las historias cotidianas de High Maintenance (usualmente son dos por episodio). Hay el humor ocasional de “cuate, estamos bien pasados”, pero ninguno de los creadores estaba interesado en hacer la siguiente gran comedia marihuanera. “Nunca he visto una película de Cheech y Chong”, dice Blichfeld. “Piña Express fue divertida, ¿creo? Ben y yo estábamos más interesados en normalizar el uso de la hierba, no en relegarla a un espacio genérico”.
“En el mundo real, todos fuman marihuana, o ha tenido alguna interacción con ella”, añade Sinclair. “Nosotros pensamos: ‘¡Oh, mierda, podemos hacer un programa sobre todos!’”
Los personajes en High Maintenance fuman hierba por muchas razones, incluidas la diversión, el escape, la creatividad y el alivio de la quimioterapia. En ambas temporadas, hubo episodios que se enfocaron en personajes que no fumaban, incluido un perro en “Grandpa”, el episodio destacado de la primera temporada. El conmovedor primer episodio de la segunda temporada, “Globo”, salta por toda la ciudad después de un ataque terrorista no especificado. A veces estamos con el Tipo cuando hace sus entregas, a veces no. En una historia, nos quedamos con el compañero de piso —un no fumador— de un cliente, quien siente que no puede celebrar su pérdida de peso en Instagram a causa de la tragedia. Más tarde en el episodio, seguimos a un mesero inmigrante en su viaje en metro a altas horas de la noche rumbo a casa con su hijo. Una de las sorpresas bien recibidas del programa es que nunca estás seguro de a quién va a seguir la cámara. “Queremos que el espectador sienta como si lo hubieran dejado caer en un mundo diferente cada episodio”, dice Blichfeld.
Sinclair y Blichfeld estaban casados cuando se les ocurrió la idea del programa. La pareja, ambos fumadores empedernidos de hierba, “estaba fascinada por la complicidad de permitir que el proveedor entre en tu casa”, dice Sinclair. “Ambos están violando la ley. Ello crea una especie diferente de intimidad que, digamos, un repartidor de pizzas o una visita de tus amigos”.
“La gente no está lavando los platos antes de que llegue el tipo de la hierba”, dice Blichfeld. “¡O chica de la hierba!”
Ella era una directora de reparto, ganadora del Emmy, en 30 Rock por entonces y, convenientemente, tenía amigos actores a su disposición. Aun cuando ninguno tenía experiencia previa en escritura narrativa, decidieron producir el programa para la web. Esa serie web hecha por ellos mismos se estrenó en 2012, Vimeo corrió con los gastos en 2014, y HBO la compró en 2016.
El Tipo entra y sale de cada episodio, entregando sus productos en bicicleta y rara vez acumulando más de diez minutos de tiempo en pantalla. Durante la mayor parte de la serie, sabemos muy poco de él, aparte de la aceptación empática de cualquier cosa que ve en las vidas de sus clientes, sin importar cuán excéntrica sea. El apartamento de un artista desconsolado está cubierto de huesos y animales encurtidos. “Vamos, anímate. Tienes mucho a tu favor”, dice el Tipo, dándole un abrazo. “¡Tienes dos cráneos de carnero!”
El primer hecho personal se da en el final de la primera temporada: el apartamento del Tipo está en el mismo piso del de su exesposa y la nueva novia de ella (Rebecca Naomi Jones). Y luego, en el quinto episodio de la segunda temporada, “Scromple”, amerita un arco: después de un accidente en bicicleta, termina en el hospital, donde es visitado por su ex, interpretada por Kate Lyn Sheil (Lisa Williams de House of Cards), quien está desesperada por una dosis. Fuman con vaporizador en la cama del hospital, comen demasiados dulces y se ríen de chistes sin sentido: la familiaridad sencilla de dos personas que solían intimar. Es dulce y triste y se siente notablemente auténtico porque lo es.
Sinclair y Blichfeld terminaron sus seis años de matrimonio el Día de las Elecciones de 2016. La victoria de Donald Trump, ha dicho Blichfeld, le dio a ella “una sensación de urgencia de vivir honradamente” cuando todavía podía hacerlo. En febrero, Blichfeld reveló públicamente que es gay en una columna de invitada en Vogue. En el artículo, también detalló la presión extrema de trabajar en la primera temporada para HBO de High Maintenance. Aun cuando el final de la primera temporada se escribió antes de su separación, Sinclair menciona que “ambos guardábamos un secreto —que queríamos salirnos de esta situación romántica—, pero teníamos miedo de que todas las situaciones alrededor de ello se desvanecerían también”.
De hecho, la sociedad creativa se mantuvo fuerte, y la segunda temporada se dio en una sala de guionistas y con directores adicionales. “En cuanto nos percatamos de que el bote era más resistente que la relación entre los dos capitanes —comenta Sinclair—, fuimos capaces de relajarnos en nuestras propias vidas”.
Fue entonces que los dos decidieron hacer algo que habían intentado por años, incluso antes del rompimiento: poner su relación de la vida real en la pantalla. “Scromple”, escrito por Blichfeld y Rebecca Drysdale (Key and Peele), y dirigido por Blichfeld y Sinclair, no es una “recreación tal cual” de sus vidas personales, dice Blichfeld, pero se acerca mucho.
Sinclair estaba “encantado” cuando vio la edición final. “Esos son nuestros chistes íntimos. Ella solía llamarme ‘Scromple’. Es una visión ideal de nosotros llegando a una situación de bondad y empatía”. Blichfeld lo halló más agridulce. “Ben y yo vivimos a 800 metros uno de la otra, no en el mismo pasillo, pero muy cerca. Y compartimos un auto, no un vacío. Pero lo más cierto es la dinámica. Definitivamente creamos un vínculo por un sentido del humor bobo y mucho fumar hierba”.
El episodio también sugiere, por primera vez, las implicaciones más oscuras de la dependencia. El personaje de Sheil, quien recientemente dejó de fumar por su novia, se mete en el apartamento de su exmarido desesperada por un “toque”, e incluso registra sus tuberías en busca de residuos. “Eso definitivamente se sintió cierto”, comenta Blichfeld. “He usado el fumar como una muleta”.
Tanto ella como Sinclair redujeron considerablemente su uso de la marihuana tras la separación. Para Blichfeld, la hierba se usaba específicamente para mitigar la ansiedad de vivir en el clóset. “Cuando me revelé el año pasado, noté que necesitaba cada vez menos de la mota. Ahora, he regresado a su forma de uso original: una cosa de fiesta o una manera de relajarme al final del día, en vez de que lo primero que hiciera en la mañana fuera fumarme una pipa de agua”.
Dejemos algo en claro: estos son marihuaneros curtidos que todavía aman la hierba, sin grandes arrepentimientos. No hay planes de hacer menos chévere la tercera temporada. “Si no lo hacemos sobre la hierba, entonces la única constante es mi personaje”, señala Sinclair. “Y no quiero ser el personaje principal. La parte más interesante del programa es que te dejen caer en cualquier lugar. Tal vez el tipo podría morir; ¡no lo sé!”
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation whit Newsweek