Por primera vez en la historia, una artista femenina latina encabezará uno de los festivales musicales más importantes de Asia. Se trata de Ana Mena, confirmada como headliner del A-Nation Festival en Japón. Pero detrás de esta hazaña no solo hay talento artístico: también está la visión estratégica de Eduardo Basagaña, promotor, manager y empresario argentino que está transformando la música latina en una herramienta de diplomacia cultural y expansión de mercado.
El A-Nation Festival, organizado por la disquera japonesa Avex Group, es un evento de enorme influencia en el continente asiático. Con más de dos décadas de historia, ha reunido a lo más relevante del K-Pop, J-Pop y figuras mundiales de primer nivel. Nunca antes, sin embargo, una mujer latina cantando en español había liderado su cartel. Hasta ahora.
“No se trata solo de un show, es un mensaje”, afirma Basagaña. “Es la validación de que la música en español ya no necesita traducción para tener impacto global. Que una artista como Ana Mena encabece este festival demuestra que lo español y lo latino puede estar al centro de la conversación, incluso en culturas con códigos tan distintos como la japonesa”.
Este hito no fue casualidad. Ana Mena ha desarrollado una sólida carrera repleta de éxitos en Latinoamérica y Europa, particularmente en España e Italia, donde es una mega estrella, pero penetrar el mercado asiático supuso un reto completamente nuevo. El trabajo detrás de escena implicó más de 5 años de negociaciones, análisis cultural y posicionamiento estratégico. Para Basagaña, el objetivo no era solo “llevar” a Ana a Japón, sino hacerlo sin renunciar a su identidad.
“Lo fácil hubiera sido adaptar todo al mercado local: traducir letras, cambiar estética, adaptar la propuesta. Pero decidimos lo contrario. Apostamos a que lo auténtico conecta. Ana cantará en español, con su propio estilo, y eso es lo que nos abrió la puerta”, explica el empresario.
Este enfoque revela una mentalidad de negocios cada vez más relevante en la industria del entretenimiento: no basta con tener talento, hay que saber construir narrativas que generen valor simbólico y comercial. Para Basagaña, la música es mucho más que entretenimiento. Es una plataforma para exportar identidad cultural, crear puentes económicos y redefinir lo que significa ser global. Soft Power en su máxima expresión. Y “la música en español, está en el mejor momento de su historia”, ratifica.
“América Latina y Asia tienen puntos de conexión muy poderosos: anime, manga, tango, toda una relación emocional con el arte y, sobre todo, una necesidad constante de descubrir al otro”, comenta. “Mi rol es encontrar el lenguaje común entre estos dos mundos, que a simple vista parecen muy diferentes, pero que ante mis ojos tienen muchísimo en común.”.
El caso de Ana Mena en Japón también abre un debate más amplio sobre representación y acceso. En un panorama internacional donde el idioma inglés y lo masculino sigue siendo dominante, ver a una artista mujer, latina y no angloparlante liderar un festival asiático es un quiebre simbólico. Demuestra que estamos ante un cambio de era, donde la industria está dispuesta a mirar más allá de lo tradicional, siempre y cuando haya una estrategia clara detrás. Y Basagaña, ejecuta su estrategia como un verdadero maestro.
Pero para Eduardo Basagaña, esto apenas comienza. Desde hace años trabaja con artistas latinos con una visión a largo plazo: posicionarlos como embajadores culturales capaces de habitar nuevos escenarios sin perder su esencia. A diferencia de muchos manejadores que buscan solamente hits instantáneos en envase descartable, su apuesta es por procesos sostenidos, donde cada paso sume a una construcción más profunda. “Catálogo por sobre Hits”, es uno de sus mantras. Persigue construir para sus Artistas, carreras de 20, 30, 40 años de trayectoria. En un mundo efímero y light, él apuesta por el legado, por lo eterno.
“La música pasó de ser Arte, a ser Entretenimiento, para luego ser solo una distracción. Hoy se llegó incluso a que solo sea distracción. Se la ha maltratado mucho a la música en este último tiempo.”.
Desde una perspectiva empresarial, este movimiento también tiene implicaciones de largo alcance. Ingresar al mercado asiático no solo posiciona a la artista, sino que abre oportunidades para toda la cadena de valor: desde alianzas comerciales, licencias, colaboraciones, hasta intercambios culturales y expansión de mercado para marcas latinas. 3 de los mercados más grandes del mundo están en Asia: Japón, Corea del Sur y China. Y detrás vienen futuras potencias como Indonesia, Thailandia y Filipinas. Asia es la panacea para los Artistas. No solo hay un consumo masivo, sino que el nivel adquisitivo es de los más altos del mundo.
“Este show es una puerta. Lo que empieza en un escenario puede terminar impactando moda, tecnología, turismo o gastronomía. Cuando un país se interesa por una voz, comienza a interesarse por todo lo que hay detrás de ella”, afirma Basagaña.
El concierto de Ana Mena en el A-Nation se celebrará en Agosto y se espera que sea uno de los momentos más comentados del festival. Para el público será un espectáculo; para la industria, una señal clara de que los mapas del entretenimiento están cambiando. Y para Basagaña, una validación de su visión como empresario global. La ratificación de su status de Power Player de la música en español.
“Esto no es el final de una estrategia, es el inicio de una nueva era. El español ya no es un idioma periférico en la música global. Es un protagonista principal. Y ahora, también lo será en Asia”.
Con esta jugada histórica, Eduardo Basagaña no solo está transformando la carrera de una artista. Está reconfigurando el papel de América Latina en la industria del entretenimiento mundial. Lo hace con inteligencia, con visión y, sobre todo, con una convicción: que la cultura —cuando se hace bien, puede cambiar el mundo.