Vacunarse contra la gripe —una enfermedad que afecta principalmente la nariz, la garganta y los pulmones— también podría provocar leves alteraciones en el ciclo menstrual. Sin embargo, este cambio es temporal y generalmente muy leve, según un estudio reciente.
Investigadores de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregón, en Estados Unidos, observaron que las mujeres que recibieron la vacuna contra la influenza experimentaron un ligero aumento en la duración de su ciclo menstrual: en promedio, menos de un día. Los hallazgos fueron publicados en la revista científica JAMA Network Open.
La vacuna contra la gripe, administrada cada temporada, está formulada para proteger contra las cepas más comunes del virus circulante ese año. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), esta inmunización fortalece las defensas del organismo y ayuda a reducir la gravedad de la enfermedad.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores analizaron los datos de 1,501 personas con ciclos menstruales regulares. De ese grupo, 791 recibieron únicamente la vacuna contra la influenza, mientras que 710 fueron inmunizadas contra la gripe y el covid-19 al mismo tiempo. La mayoría de las participantes tenía menos de 35 años y contaba con estudios universitarios.
Durante el análisis se detectó un pequeño aumento en la duración del ciclo menstrual en ambos grupos:
- Quienes recibieron solo la vacuna contra la influenza: un incremento promedio de 0.4 días.
- Quienes recibieron ambas vacunas: un aumento promedio de 0.49 días.
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EL CICLO MENSTRUAL BAJO LA MIRADA DE LA CIENCIA
Los cambios fueron más notorios en las personas vacunadas durante la primera mitad de su ciclo menstrual (fase folicular). Quienes se vacunaron durante la segunda mitad (fase lútea) no experimentaron ningún cambio.
No obstante, un pequeño subgrupo de participantes (alrededor del 5 por ciento) experimentó un cambio más notable de ocho días o más en la duración de su ciclo. Sin embargo, los ciclos menstruales volvieron a la normalidad para el siguiente ciclo en todos los casos.
Aunque los cambios fueron menores y temporales, resaltan un aspecto importante de la salud pública: la transparencia y la confianza. La salud menstrual es una parte rutinaria e importante de la vida de muchas personas. Por ello, un cambio repentino o inexplicable, especialmente después de una vacunación, puede generar ansiedad, sobre todo en relación con la fertilidad.
Si bien el ligero cambio encontrado en este estudio no es motivo de preocupación médica, aún puede tener un impacto emocional y práctico significativo en quienes lo experimentan.
Las preocupaciones sobre cómo las vacunas podrían afectar el ciclo menstrual no son nuevas, y Japón ofrece un ejemplo sorprendente de cómo estos temores pueden tener consecuencias duraderas.
En 2013 el gobierno japonés suspendió su programa de vacunación contra el VPH (virus del papiloma humano) tras la aparición de informes que indicaban que algunas mujeres jóvenes experimentaban cambios menstruales y otros efectos secundarios. La preocupación era que la vacuna pudiera perjudicar la fertilidad, a pesar de que no existían pruebas científicas sólidas que lo respaldaran. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)