El drenaje linfático es un proceso sencillo pero preciso que puede tener efectos positivos en el sistema inmunitario del cuerpo humano. Generalmente requiere conocimientos y formación especializados, pero el tratamiento en sí solo implica un masaje muy suave.
Si bien algunas personas comparten en línea técnicas de autodrenaje, los expertos recomiendan consultar primero con un especialista.
¿QUÉ ES EL SISTEMA LINFÁTICO?
El sistema linfático, que se encuentra dentro del tejido conectivo del cuerpo (fascia), actúa como una red de drenaje para los desechos que las venas no pueden manejar, como bacterias, ácido láctico y toxinas, según Sorrel Pindar, osteópata radicada en el Reino Unido que habló con Newsweek.
“El sistema de vasos linfáticos es efectivamente el sistema ‘recolector de basura’ del cuerpo”, indicó por su parte la experta en drenaje linfático Kathy Fleming.
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El Dr. Joshua Lenchus, médico osteópata especializado en medicina interna y miembro de la junta de la Asociación Americana de Osteopatía, reveló a Newsweek que el cuerpo mueve alrededor de 2.5 a 3 litros de líquido linfático diariamente con la ayuda del movimiento muscular y la compresión del tejido.
Si bien en un cuerpo sano el sistema funciona de manera automática, diversos factores (como el estrés, la enfermedad o el esfuerzo excesivo) pueden ralentizarlo.
CÓMO EL DRENAJE LINFÁTICO PUEDE AYUDAR AL SISTEMA INMUNOLÓGICO
Cuando el sistema linfático se vuelve lento puede afectar la función inmunitaria. Sorrel Pindar afirmó que la fascia puede endurecerse bajo estrés o enfermedad, lo que reduce la circulación y dificulta la eliminación de desechos.
“Las enfermedades inflamatorias, los problemas musculoesqueléticos, los traumatismos, el ejercicio excesivo y el estrés prolongado también provocarán el endurecimiento de la fascia”, añadió.
El drenaje linfático, al estimular suavemente estas vías, puede ayudar a restablecer el flujo y reducir la inflamación. Según Lenchus, estimular este movimiento puede favorecer la recuperación al ayudar a eliminar toxinas y agentes infecciosos.
Fleming, instructor sénior certificado de Drenaje Linfático Manual (DLM), de la Escuela Internacional Dr. Vodder, lo describió como “uno de los métodos más efectivos para eliminar sustancias inflamatorias de los tejidos”.
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Para algunos pacientes, los resultados pueden ser significativos. Pindar señaló que, según su experiencia, quienes padecían síndrome de fatiga crónica y covid-19 persistente a menudo experimentaban mejoras notables.
Sin embargo, el drenaje linfático no cura ninguna enfermedad y funciona mejor como parte de un plan de salud más amplio e individualizado, que incluya nutrición, sueño, manejo del estrés y supervisión médica.
Si la función del sistema inmunológico se ve afectada por condiciones subyacentes, como problemas de tiroides, infecciones y autoinmunidad, es posible que el drenaje por sí solo no aborde la causa raíz.
La evidencia de que el drenaje linfático es beneficioso para la función del sistema inmunológico también es mayoritariamente anecdótica o proviene de estudios pequeños, por lo que se necesitan ensayos científicos más rigurosos para determinar la escala del beneficio del tratamiento.
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A pesar de los prometedores resultados preliminares, los expertos coinciden en que el drenaje linfático no cura la enfermedad y debe formar parte de un plan de salud más amplio y personalizado. La dieta, el sueño, el manejo del estrés y el tratamiento médico siguen siendo componentes esenciales del refuerzo inmunitario.
Además, la evidencia científica sobre su eficacia sigue siendo limitada. La mayoría de los hallazgos son anecdóticos o se basan en estudios a pequeña escala, y se necesita una investigación más rigurosa para comprender plenamente el alcance de sus beneficios.
El Dr. Robert Goldberg, profesor clínico de la Escuela de Medicina Icahn del Monte Sinaí, explicó a Newsweek que el drenaje linfático no es adecuado para todas las afecciones. “No debe utilizarse en presencia de cáncer”, advirtió, ya que, en teoría, la técnica podría favorecer la propagación de células malignas.
“Tampoco se aconseja su uso en caso de fuentes activas de infección aguda o trombosis venosa (coágulos de sangre)”, añadió.
RIESGOS Y EFECTOS SECUNDARIOS
Aunque suele ser suave, el drenaje linfático puede conllevar riesgos si se realiza incorrectamente. El movimiento demasiado rápido de los desechos a través del sistema puede sobrecargar el cuerpo y empeorar los síntomas antes de que se note una mejoría.
“Si se realiza el masaje demasiado rápido o con demasiada fuerza, el paciente puede enfermarse gravemente”, advierte Pindar. Lo compara con vaciar un cubo de basura que no se ha vaciado en meses: un movimiento repentino puede liberar una avalancha de toxinas en el organismo.
Los efectos secundarios pueden incluir dolor de cabeza, náuseas, fatiga o aumento de la micción y la defecación, señales de que el cuerpo está eliminando desechos. Estos suelen desaparecer en 24 horas, según Lenchus.
El cuidado posterior al tratamiento también es importante. Mantenerse bien hidratado, mantener las extremidades elevadas y realizar movimientos ligeros puede ayudar al cuerpo a adaptarse. Aun así, Lenchus y Goldberg recomiendan consultar con un médico antes de comenzar el tratamiento, especialmente para quienes padecen enfermedades crónicas o complejas.
¿CÓMO FUNCIONA EL DRENAJE LINFÁTICO?
Si bien existen varias maneras de realizar el drenaje linfático, Lenchus afirmó que “el proceso generalmente implica masajear o dar golpecitos suaves en varias áreas: encima de las clavículas, justo debajo de los lóbulos de las orejas, las axilas, alrededor del ombligo, a lo largo del pliegue de la ingle y detrás de las rodillas”.
Agregó que no es necesario realizar todo cada vez y que las sesiones pueden realizarse desde unas pocas veces por semana hasta cada varios meses.
El drenaje linfático en su conjunto “puede contribuir en gran medida a mejorar la calidad de vida” de pacientes específicos, afirmó Goldberg. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)