El secretario de Seguridad Pública del Estado de Aguascalientes (SSPE), Manuel Alonso García, aseguró que Valeria Ávila, joven de 20 años asesinada junto a sus dos hijos por su expareja, nunca llamó a los números de emergencia antes de los hechos. Estas declaraciones surgen después de que activistas y vecinos afirmaran que Valeria había denunciado amenazas y acoso al menos cuatro meses antes de su desaparición.
“Ella solicitó mínimo cuatro meses antes la intervención de la autoridad. De esas miles de llamadas que se reportan por el Secretariado, llamadas de auxilio al 911 de mujeres de Aguascalientes que no se les da seguimiento”, denunció Mariana Ávila Montejano, presidenta del Observatorio de Violencia Social y de Género.
Alonso García explicó que días antes de la desaparición, la Fiscalía General del Estado (FGE) recibió una denuncia interpuesta por la hermana de la víctima. La instancia determinó inicialmente que Valeria y sus hijos “se habían ido por un tema de maltrato”.
“Lo que pensaba la Fiscalía, que tomó la denuncia, que sacó su boletín en relación a búsqueda de personas y que hizo el protocolo, es que probablemente se habían ido por un tema de maltrato y que la mujer se había llevado a sus menores y se habían ido a otro estado (…) todo eso lo atendió Fiscalía”, explicó Alonso García.
El secretario detalló que fue gracias a denuncias de vecinos que se logró detener al agresor, quien no era el padre de los menores pero sí la pareja de Valeria. La noche del crimen, los gritos del feminicida alertaron a los residentes.
“En la noche el sujeto gritaba; queremos entender que fue como un arrepentimiento por lo que había pasado, y es cuando la Fiscalía va al lugar, hace una inspección donde no se encuentra nada desde un principio y después solicitan hacer un cateo más extenso y se encuentran los cuerpos”, relató el funcionario.
En cuanto a las acusaciones de omisión, Alonso García aseguró que la Policía Estatal no recibió llamadas de auxilio por parte de Valeria, pero señaló que sí hubo reportes ante la Fiscalía.
“A la policía no, pero sí algunas llamadas a la propia Fiscalía que estaba canalizando de algunas acciones que este sujeto ya había cometido cuando comenzaba a gritar”, afirmó.
El titular de la SSPE concluyó al referirse al caso como una descomposición del tejido social, señalando que tanto Valeria como su expareja enfrentaban problemas de adicción.
“Es una total descomposición, las dos personas eran adictas, ahí hay un contexto social algo complicado, el tema de los celos y otras situaciones que por respeto a la víctima no quiero comentar”, finalizó.