Científicos advierten que uno de cada tres niños diagnosticado con meningitis bacteriana termina desarrollando discapacidad neurológica permanente a resultas de la infección.
La meningitis es la inflamación de las capas de tejido que envuelven el cerebro y la médula espinal, y lo habitual es que se deba a un proceso infeccioso ocasionado por bacterias o virus. De estos agentes, la infección bacteriana se considera la más peligrosa, ya que amenaza la vida y requiere de atención médica inmediata.
Según la Organización Mundial de la Salud, la meningitis causada por una infección bacteriana suele ser la más grave, pues provoca unas 250,000 muertes al año y puede causar epidemias de rápida propagación. Además, mata a una de cada diez personas infectadas, en su mayoría niños y jóvenes, y deja a una de cada cinco con discapacidades duraderas, como convulsiones, pérdida de audición y visión, daños neurológicos y deterioro cognitivo.
Incluso con un tratamiento antibiótico exitoso, la meningitis infecciosa puede dejar daños permanentes en el cerebro de los niños y ocasionar pérdida de la audición y otros problemas neurológicos. Estas discapacidades permanentes, a decir de un estudio publicado el 19 de enero pasado en la revista JAMA Network Open, afectan a uno de cada tres infantes que sufren de esta enfermedad.
“El daño en los niños afecta directamente a toda la familia”, afirmó en un comunicado el Dr. Federico Iovino, profesor asociado de microbiología médica en el Instituto Karolinska de Suecia, y uno de los autores del estudio. “Si un niño de tres años presenta problemas cognitivos, discapacidad motora o trastornos de la visión o la audición, el impacto de su discapacidad termina por ser muy significativo”.
LA MENINGITIS EN LOS NIÑOS PUEDE CAUSAR DISCAPACIDADES PERMANENTES
“Hablamos de discapacidades permanentes que se convierten en cargas muy importantes tanto para el individuo como para la sociedad, ya que esas personas van a requerir atención médica durante el resto de sus vidas”, añadió el especialista.
Mediante el análisis de los datos del registro de calidad sueco pertinentes a la meningitis bacteriana durante el periodo 1987 a 2021, los investigadores pudieron comparar más de 3,500 casos de infección infantil contra poco más de 32,000 controles coincidentes de la población general.
El equipo observó que, a lo largo de un periodo de 23 años, quienes fueron diagnosticados con meningitis bacteriana mostraron, consistentemente, una mayor probabilidad de desarrollar discapacidades neurológicas como deterioro cognitivo, pérdida de la visión o la audición, disfunción motora, trastornos de conducta o daño estructural intracraneal. Esto equivalió a uno de cada tres individuos que tuvieron la infección en la infancia, contra uno de cada diez que no la tuvieron.
“Lo anterior demuestra que, aun cuando reciban tratamiento y la infección remita, muchas personas presentan deterioro neurológico posterior”, agregó Iovino.
En opinión de los autores, el suyo es el primer estudio que evalúa la carga de la meningitis bacteriana en la población general, por lo que confían en que sus hallazgos contribuyan a acelerar la investigación de nuevos tratamientos y estrategias para prevenir una enfermedad que afecta permanentemente la vida.
“Estamos tratando de desarrollar tratamientos que protejan las neuronas durante los días que los antibióticos demoran en hacer efecto”, anunció Iovino.
“Y ahora tenemos algunos datos muy prometedores con neuronas humanas, por lo que vamos a iniciar la etapa preclínica con modelos animales. Esperamos presentar nuestros resultados clínicos en los próximos años”, concluyó. N
(Publicado en cooperación con Newsweek. Published in cooperation with Newsweek)