La guerra entre Israel y Hamás está inundando las redes sociales con contenidos de videojuegos hiperrealistas, pero engañosos, como ya sucedió con otros conflictos recientes. Un video viral publicado en Facebook bajo el título “Dos helicópteros israelíes derribados por Hamás”, otro sobre la “demostración” de las “valientes fuerzas armadas de Malí” ante grupos yihadistas y uno sobre un “helicóptero ruso” enfrentándose a la artillería ucraniana son algunos ejemplos.
Todos esos contenidos se presentan como enfrentamientos bélicos reales, con misiles, explosiones de tanques por drones o aviones de combate derribados en un entorno realista, de ciudades en llamas. Sin embargo, estas imágenes se obtuvieron de “Arma 3”, un videojuego que se desarrolló por el estudio independiente checo Bohemia Interactive.
Desde hace una década, partidarios de uno u otro campo en una guerra han utilizado extractos de videojuegos de guerra para generar imágenes que se presentan como auténticas. En 2017, el ejército ruso publicó en Twitter y Facebook imágenes aéreas, en blanco y negro, supuestamente tomadas en la frontera entre Irak y Siria.
Esas imágenes se presentaban como pruebas “irrefutables” de que Estados Unidos estaba proporcionando “cobertura” al Estado Islámico. Lo anterior, hasta que el grupo de inteligencia Conflict Intelligence Team (CIT) relacionó una de estas fotos con el videojuego de guerra “AC-130 Gunship Simulator: Special Ops Squadron”. Después de eliminar rápidamente ese material, el ejército ruso afirmó que fue un “error” de un empleado civil.
LOS VIDEOJUEGOS SOBRE ISRAEL Y HAMÁS TIENEN EL POTENCIL DE VOLVERSE VIRALES
Estas desinformaciones son regularmente denunciadas por medios de verificación digital, como la AFP. La agencia descubrió varias de ellas, incluida una del 12 de octubre que afirmaba mostrar helicópteros israelíes derribados por el movimiento palestino Hamás, traducida a varios idiomas y compartida en varias plataformas (Facebook, X y TikTok).
“Estos videos tienen el potencial de volverse virales y son compartidos masivamente por usuarios de redes sociales, a veces incluso por los medios de comunicación convencionales u organismos gubernamentales de todo el mundo”, lamentaron los desarrolladores de Bohemia Interactive en el sitio web del estudio el 10 de octubre.
La cadena rumana Romania TV, por ejemplo, presentó en noviembre un antiguo video de “Arma 3” que mostraba combates en Ucrania, cuyas imágenes las comentó un exministro de Defensa y un exjefe de inteligencia.
Estos videoclips, sin embargo, son mucho menos sofisticados que los “deepfakes”, que se elaboran con la ayuda de la inteligencia artificial (IA), capaz de crear imágenes ultrarrealistas.
“Con la mejora de los gráficos de los videojuegos, las imágenes generadas por computadora pueden parecer reales a simple vista”, explicó Claire Wardle, codirectora del Information Futures Lab de la Universidad Brown de Estados Unidos.
De acuerdo con el experto francés en extremismo en línea y teorías conspirativas, Tristan Mendès France, el aumento espectacular en el realismo de estos juegos de simulación de guerra perturba a aquellos que pueden verse expuestos a este tipo de contenido y tomarlo como imágenes reales.
PISTAS VISUALES Y SONORAS PARA DISTINGUIR LA FICCIÓN DE LA REALIDAD
Además, juegos como “Arma 3” tienen la característica de ser ampliamente modificables por los jugadores, quienes pueden crear nuevos escenarios de combate, vehículos, armas, equipos o escenarios, de manera muy fácil y económica, al igual que los generadores de imágenes mediante IA generativa, como Midjourney.
Para evitar caer en la trampa, los creadores han proporcionado una serie de pistas visuales y sonoras que ayudan a distinguir entre imágenes de videojuegos e imágenes reales, como las explosiones, que “incluso los juegos de video modernos” tienen dificultades para representar de manera “natural”.
En un recuento proporcionado a la AFP el miércoles, la empresa de monitoreo de redes sociales Visibrain contó 209.6 millones de mensajes relacionados con el conflicto palestino-israelí desde el 7 de octubre. A título de comparación, esto representa un 84 por ciento más que el volumen contabilizado durante el Mundial de futbol de 2022, uno de los eventos más comentados en el mundo. N