Las jugadas de ajedrez realizadas en el tablero mundial en 2022 como consecuencia de una alta inflación, contracciones económicas y la falta de reactivación global han derivado en que deberá haber acciones en el presente para el futuro. Todo con el sentido de poder asegurar, en el tiempo, una permanencia económica.
Al formar parte del cómo influir en el mundo, todo aquel que no sea parte de esta nueva estructura será absorbido por las incertidumbres globales. Y no podrá defenderse al no tener nada, en el sector energético, principalmente.
La energía es dinero, y el dinero es crecimiento. El mundo ha creado una herramienta, que surgió en los mercados financieros, donde se indicó de la siguiente forma: “El mercado depende de las percepciones que se originan de una incertidumbre”.
Ante toda incertidumbre hay reacciones de percepciones que afectan en forma directamente proporcional a la economía.
Un ejemplo actual es el precio del barril de crudo. El valor de este depende mucho de las percepciones, las cuales son originadas por incertidumbres. Estimaciones del precio del barril, tomando como referencia el Brent, indican que este no bajará en 2022 de los 80 dólares. En el corto inmediato de una ventana de tres meses estará por arriba de 90.
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En esta semana que pasó podemos ejemplificar varias jugadas de ajedrez para crear percepciones. Estados Unidos dejó entrever la posible reactivación de negociaciones con Irán. Ello eliminaría las sanciones a este país, ante un posible acuerdo nuclear, para hacer proyectos civiles. Eso bajó el precio del barril y creó una percepción de que se incrementarán las exportaciones de esta nación. Eso influiría en aliviar el déficit mundial actual.
Pero esto fue eliminado en menos de 48 horas debido a que la OPEP+ está luchando por cumplir con los aumentos de producción prometidos. Estos en parte se deben a las interrupciones en la producción de Libia, y el mundo espera, al mismo tiempo, ver en cuánto aumentará la producción este año de Estados Unidos ante un precio alto del barril que estimule a los productores de Shale Oil. Ello ha generado una incertidumbre, y ha presionado al país de las barras, debido a que los inventarios de petróleo crudo en Cushing, Oklahoma, el punto de entrega designado para los contratos de futuros de petróleo crudo WTI, han caído las últimas cuatro semanas. Eso ha apuntado a un potencial aumento adicional para los precios del petróleo.
A Estados Unidos el precio del barril lo está afectando en su economía al tener una inflación por arriba del 7 por ciento. Ello es un reflejo directo de los precios de los combustibles, y esto crea una alta incertidumbre sobre cómo bajar los costos. Los precios de la gasolina continúan siendo un factor político preocupante para la administración de Biden. Las recientes inclemencias del tiempo en el país han provocado el cierre de dos importantes refinerías. Una solución en el corto plazo es que Chevron comercialice crudo de Venezuela como una forma de pago por los millones de dólares que el productor sudamericano le debe a la empresa.
Detengamos aquí. El mundo no requiere guerras frías o bélicas, eso es cosa del pasado. La realidad son los amagues entre países, midiendo las fuerzas y consecuencias que podría ocasionar el afectar los intereses del otro. Hoy los países han cambiado la forma de mediar, desde un punto de vista de reclamos, y se han basado en el cómo negociar, dejando a un lado la diplomacia y colocando en la mesa lo que tienes desde un punto de vista energético-económico.
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Ucrania no es la fuente del problema mundial. Es cada pieza de ajedrez que afecta a cada potencia dentro del mundo. Si Rusia insiste en aleccionar a Ucrania, Estados Unidos y Alemania no dejarán que opere el Nord Stram 2. Esto causaría problemas a las empresas rusas al no poder recuperar la inversión. Y en el caso de que esto suceda, los rusos han firmado un acuerdo con Mongolia y China para hacer un ducto que empieza a operar en 2028 para llevar gas a ciertas regiones de estos países.
Estados Unidos, al poder tener acceso al crudo venezolano, podría usar como moneda de cambio el no permitir que Rusia tenga mayor presencia en América Latina. Así, Europa estaría a merced de tener un gas natural barato, y todo dependerá de sus aliados principalmente, Estados Unidos, que pueda enviar una mayor cantidad de GNL para mantener las reservas de almacenamiento y suficiente materia prima para su consumo en el viejo continente.
La realidad, la disputa en cuestión, es de una índole estratégica-energética, sobre el mercado del gas natural en Europa, en el presente para el futuro. Debido a que este continente depende en gran parte del gas que proviene de Rusia.
Hoy el mundo ha entendido que realizar una guerra bélica trae consecuencias de percepciones negativas al enfatizarse una posible violación de derechos humanos. Pero, al anteponer este precedente, se ha creado algo que, si se altera en forma directa y afecta a las economías en el corto plazo, convirtiéndose en un problema a largo plazo, es la incertidumbre.
El futuro es la logística para tener acceso a energía. N
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Es autor del canal Energía sin política. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.