La creatividad es una de las herramientas más importantes que poseemos como seres racionales, ya que se encuentra en absolutamente todo lo que nos rodea y en las actividades que realizamos. A diferencia de la creencia sobre que ser creativo solo está ligado meramente al arte y sus derivados, la creatividad es parte fundamental de cualquier tarea, sin importar su técnica o propósito: la encontramos en un quirófano y en un taller de escultura por igual.
Como todos los años, la compañía Accenture Interactive presentó su informe anual Fjord Trends. En este, varios diseñadores y creativos estudian las relaciones de las personas con la tecnología, el planeta, las marcas y entre ellas mismas. Así, se genera un abanico de tendencias que reflejan el consumo anual de dichos individuos y compañías.
Según el reporte, “el tema dominante en las tendencias de este año es la necesidad de responder a cambios en todas las relaciones: los hilos que forman el nuevo tejido vital”. Menciona que hay un incremento en la gestión de negocios caseros, también llamados “side-hustles”, debido a que las personas están en busca de un control total sobre sus vidas y cómo se manifiestan en el trabajo, junto a su relación con lo material.
Otro aspecto importante es el énfasis en el conocido metaverso, mundo digital en el que ahora nos desarrollamos cada vez más, en su mayoría por la capacidad de instantaneidad y conectividad que representa al momento de compartir y crear experiencias. Sin embargo, sea en el plano físico o digital, las empresas deben encontrar la manera de congeniar con las personas y el planeta, estableciendo una empatía universal con ambas partes.
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“Tenemos que definir (tanto a nivel colectivo como individual) cómo establecer relaciones positivas para crear un tejido vital que sea beneficioso para las personas y el planeta”, menciona el informe.
Mientras nos recuperamos de la pandemia de covid-19 en el sentido psicológico, económico, social, político y físico, el mundo está superando el luto colectivo para regenerarse e integrar nuevos aspectos en su vida: la búsqueda de relaciones más profundas, nuevas posibilidades, fortaleza individual, espiritualidad y amor por la vida. Todo esto ha provocado un cuestionamiento sobre quiénes somos y qué es lo que queremos. Y, así, cambian los ambientes de trabajo por una ola de empatía entre compañeros.
Aunado a eso, se demuestra que estamos frente a una “creciente humanización del trabajo. La vida profesional está cada vez más unida a la personal, y admitir que uno está bien ya no se ve como un signo de debilidad en el trabajo. humanización va acompañada de una mayor aceptación del individualismo y la independencia”.
El punto clave es virar la atención de las empresas a un concepto importante: la gente tiene un deseo constante por satisfacer sus necesidades. No obstante, esto resulta chocante con las obligaciones hacia las comunidades de las cuales forman parte y también dependen. Entonces, se define uno de los mayores retos para las grandes compañías: encontrar el equilibrio entre la flexibilidad que le ofrecen a sus trabajadores y las necesidades de su equipo.
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Por otro lado, se toca el tema del posible fin de una abundancia universal. Ello debido a la escasez de materias primas, la falta de trabajadores, dificultades en canales de distribución y nuevas medidas de austeridad. Por eso los expertos concretan que “ha llegado el momento de aprender de la experiencia, diseñar para tiempos de escasez y devolver a la naturaleza parte de lo que nos ha dado”.
Así es como se develó una de las tendencias del año pasado: infraestructura líquida. Esta considera a la cadena de suministro como un nuevo punto de generación de valor, entonces se espera una urgente necesidad de confluencia de mercadotecnia y atención al cliente con el fin de apuntalar la reputación de una marca.
“Es inevitable que la gente se queje si no recibe lo que pide, por lo que las empresas deben tener mucho cuidado con las reclamaciones”, comparten.
Respecto al tema del metaverso, es uno de los componentes que ha impulsado una evolución en la cultura digital. Sobre todo, porque gestiona espacios para la interacción, creación, consumo y lucro entre personas y marcas. Incluso se ha demostrado que el metaverso superó su sencilla versión de los videojuegos. Sin embargo, según opiniones de los expertos de Fjord Trends, ha dejado más preguntas que respuestas.
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“En el metaverso la gente puede ir de forma virtual a un lugar con su propia lógica espacial/arquitectónica y experimentar independientemente de dónde esté. Es un modelo mental muy diferente, y eso tiene consecuencias. Añade nuevas capas a nuestro mundo real en 3D, pero también nos da la sensación de disponer de un sinfín de espacios que ofrecen infinitas posibilidades a las marcas”.
Pero el metaverso no se entiende como un mundo de fantasía con criaturas mágicas, sino como una oportunidad de romper con los límites físicos para desarrollarnos en un espacio virtual que es un modo o extensión de la vida real. Es aquí donde se realizará la próxima revolución cultural, que afecta directamente la percepción sobre el arte, la música, el cine y las marcas que busquen replicarlo. Es necesaria una evolución de las empresas y productos para su existencia dentro del metaverso.
De igual forma, el informe de este año se acerca hacia interrogantes puntuales, pues hacer preguntas y recibir respuestas rápidas es algo a lo que ya estamos acostumbrados. Tener la capacidad de resolver cuestionamientos de clientes asentará un nivel de confianza importante en los consumidores. Las marcas que lo logren obtendrán una ventaja competitiva sobre las demás.
“Las personas tienden a confiar más en quienes pertenecen a su mismo grupo social que en gente a la que no conocen. Incluso hay quien dice que, durante los últimos 18 meses, la verdad se ha cuestionado tanto que asistimos a una auténtica ‘bancarrota de información’. Esta situación se caracteriza por mínimos históricos de confianza en todo tipo de información y temores generalizados por la estabilidad laboral, la seguridad y la autonomía personal”.
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La nueva ventaja que una empresa posee sobre otra radica en la cantidad de información que esta pueda aportarles a sus consumidores. Pero la dificultad está en el poco espacio disponible para proveer esa información, sumado a la corta memoria de los individuos. El salto del desequilibrio de información en la era predigital hacia el desequilibrio de interpretación en el mundo postdigital fue más corto de lo que se pensaba.
Por último, el estudio refleja que el cuidado por el otro es ahora un aspecto esencial. Resalta la importancia sobre la amabilidad y la compasión, ya que “los distintos aspectos del cuidado, las dificultades que entraña, y el coste y la importancia de los cuidadores son cuestiones cada vez más visibles de las que se habla abiertamente”. Estos dos factores no pueden faltar en las nuevas cuestiones de diseño, ya que serán un diferenciador y componente de éxito.
“El cuidado en todas sus formas fue aún más relevante durante el pasado año. El cuidado de nosotros mismos y de otras personas, la prestación de cuidados y los canales para hacerlo, tanto digitales como físicos. La salud va más allá de la industria sanitaria y se extiende a empresas de otros sectores que están encontrando nuevas formas de cuidar a sus clientes”. N