EN ENERO de 2021, la vigilancia genómica de SARS-CoV-2 por parte del Instituto Nacional de Salud de Colombia pudo caracterizar un linaje del covid-19 que circula en Estados Unidos, Curazao, México, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, España y Colombia. Se trata de la variante B1.621, que algunos medios españoles han denominado de manera equivocada como ‘cepa colombiana’, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Esta no es la primera vez que se relacionan las variantes del virus con el origen geográfico donde se identificaron, ha sido así desde el principio de la pandemia.
“Esto resulta delicado, ya que además de generar información confusa sobre el origen del virus y el riesgo potencial que representa cada una de las variantes, propicia la discriminación y la estigmatización de países o territorios. De ahí que la OMS haya resuelto establecer nuevos nombres para las variantes de la COVID-19 utilizando para su nomenclatura las letras griegas”, indicó el virólogo Jairo Méndez, Asesor regional en enfermedades virales de la OPS.
Colombia, al igual que países con gran capacidad en investigación científica y seguridad sanitaria, participa en proyectos de vigilancia, investigación y desarrollo sobre virus respiratorios, así como el del covid-19, coordinados por la OMS, en los que se realizan estudios epidemiológicos, análisis molecular y secuenciación genómica; así como investigaciones sobre las variantes de interés, pruebas de laboratorio y la evaluación de las opciones terapéuticas y las vacunas.
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De ahí la vigilancia genómica y la investigación desarrollada por Instituto Nacional de Salud que busca establecer la circulación de las llamadas Variantes de Interés (VOI), clasificación de la OMS en la que se encuentran aquellos linajes de los cuales se sospecha o se sabe que causan cambios importantes y que circulan ampliamente.
La otra categoría son las Variantes de Preocupación (VOC) en la que se encuentran aquellas mutaciones que se propagan con mayor facilidad, causan una enfermedad más grave, escapan a la respuesta inmunitaria del organismo, cambian la presentación clínica o reducen la eficacia de herramientas conocidas, como medidas de salud pública, pruebas de diagnóstico, tratamientos y vacunas. Sin embargo, hasta el momento la OMS no ha clasificado la B.1.621 como variante de interés o preocupación.
Adicionalmente, el país ha podido secuenciar 1.085 genomas completos e identificar 64 linajes. Sobre las variables de preocupación que circulan en el territorio nacional se encuentra la Alpha, en los departamentos de Antioquía, Caldas, Bogotá, Cundinamarca, Norte de Santander y Bolívar; y la Gamma en Amazonas, Arauca, Santander, Antioquía, Bogotá, Sucre, Caldas y Valle, acorde a los datos de la vigilancia genómica del INS en Colombia, con corte al 21 de mayo y el informe de la OMS del reporte al 3 de junio, informó en un comunicado la OMS.
La variante B1.621 circula en Colombia en territorios como Caquetá, Nariño, Amazonas, Vichada, Arauca, Bolívar, Sucre, La Guajira, Magdalena, Sucre y Antioquia. Y en el mundo se ha reportado en España 104 casos, y 13 brotes comunitarios no asociados con viajes; Holanda 10 casos, Dinamarca 27 casos y Reino Unido 2 casos.
“Hasta el momento las vacunas que han sido licenciadas por la OMS son efectivas y eficientes contra todas las variantes incluyendo aquellas de interés y de preocupación. Sin embargo, es importante resaltar que la vacuna es una herramienta más del control de salud pública de la COVID-19, y en este momento es importante mantener todas las medidas de protección personal y distanciamiento físico. Si todos nos cuidamos vamos a poder disminuir la trasmisión y salvar vidas”, aseguró la representante de la OPS/OMS en Colombia, la doctora Gina Tambini. N