En México, entre todos hemos comenzado a aprender a crear un mercado abierto con base en la reforma energética y en donde la nación sea protegida ante ideologías o interacciones basadas en litigios que duren años y no lleven al crecimiento energético del país.
Tenemos actualmente controversias en la parte de la nueva política de confiablidad en el mercado eléctrico, en la evaluación en la normatividad de la utilización de oxigenantes en la gasolina con base en la norma 016, en la unitización de un campo en aguas someras dentro de las rondas del país, en la eliminación de la asimetría en las terminales de almacenamiento y reparto, en la falta de autorización de permisos por órganos reguladores, en los contratos legados y sus desventajas que, según dice CFE, tiene en el mercado eléctrico, y en el nuevo tratado de libre comercio que no se parece en nada al anterior en la parte de energía.
Pero todo esto y demás que hay en el tintero en el mercado energético de México es producto de una confrontación directa partida de una ideología de cobertura social integral de mejorar la condición de tener acceso a energía barata. Bajo un concepto teórico es aceptable, pero al realizarlo desde la realidad económica y de acceso a la tecnología no está funcionando.
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Paremos un momento todos; sentémonos a dialogar, pero en serio y no en mesas que no aportan una realidad que cubra la demanda de México en un largo plazo. Aquí todo lo que está en boga de discusión se reduce a dinero para realizar cualquier proyecto, ya sea que provenga de la inversión pública o privada en forma individual o conjunta. Es sabido por todos que cada parte tiene su agenda oculta: una política y otra de negocio, pero creo que debemos dejar ya la visión totalitaria que por décadas hemos tenido en México de crear leyes, lineamientos o normas en función de generar controversias jurídicas reactivas.
Debemos de cambiar esta visión y pasar a la meta de crear una madurez del negocio primero de factibilidad económica y después legal, en donde esta última contemple cualquier tipo de escenario probable durante la operación del proyecto y que dé fluidez a su operación acorde con las regulaciones vigentes en la nación y no de con la administración que tiene una claudicación en el tiempo.
Esto es importante dejarlo establecido debido a que, queramos o no, dependeremos de nuestros socios comerciales que hoy en día tenemos desde un punto de vista geográfico.
¿QUÉ OBSERVAMOS EN FUNCIÓN DE LA BALANZA COMERCIAL ENERGÉTICA?
La reforma energética ayudó para que se firmara el T-MEC. ¿Por qué lo afirmo? Por lo siguiente, en función de la balanza comercial energética que observamos:
∞ México tiene un déficit positivo en los últimos años con Estados Unidos al exportar una gran cantidad de productos e intercambios comerciales en función del TLCAN, que fue principalmente en la parte de manufactura y agrícola, pero ahora con el T-MEC se incluye la parte energética.
∞ El mercado de los hidrocarburos se compone de las exportaciones e importaciones de petróleo crudo, gas natural, derivados del petróleo, petroquímica y otras exportaciones petroleras. En 2019 el valor de las exportaciones fue de 25,985 millones de dólares, y el de importaciones, de 47,207 millones de dólares, con un saldo comercial negativo de 21,222 millones de dólares.
∞ Estados Unidos tienen más de 135 refinerías, y el 80 por ciento de lo que exportamos al mundo va dirigido a este mercado. Mientras, importamos el 70 o 75 por ciento de la gasolina y diésel que demanda el mercado en forma diaria.
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∞ Estados Unidos consume en promedio, por hora, alrededor de 350,000 a 450,000 MW por hora, diez veces mas que México. Realizamos intercambios eléctricos en nuestra frontera con nuestro socio que tiene un déficit positivo.
∞ El 65 a 70 por ciento del gas natural que consume México en forma diaria proviene de Estados Unidos por la red de interconexión que tenemos en la frontera. A partir del 1 de julio no se pagan aranceles.
Todo lo anterior indica que no podremos dejar de depender de Estados Unidos en el intercambio comercial. El déficit positivo amplio que teníamos será disminuido al integrar en el T-MEC la parte comercial energética.
Ante esto es recomendable que los municipios, estados y oficinas que otorgan permisos, licencias y todo lo relacionado para que una inversión se pueda concretar, lean y tengan al pie del escritorio los siguientes capítulos:
∞ Capítulo 8, reconocimiento del dominio directo y la propiedad inalienable e imprescriptible de México de los hidrocarburos.
∞ Capítulo 14 de inversiones. Artículos 14.4 a 14.8.
∞ Capítulo 21 de competencia. Artículos 21.1 y 21.2.
∞ Capítulo 22, empresas propiedad del Estado y monopolios designados. Artículos 22.2, 22.4, 22.10, 22.11 y 22.12.
∞ Capitulo 24 ambiental. Todo.
Es necesario recordar que la aprobación final de una inversión no es de días, sino de años, porque depende de las condicionantes observadas, de si son cambiantes o hegemónicas dentro de un plan de largo plazo de una nación y de su madurez económica en negocios.
Un mercado abierto no significa emprender una demanda o un amparo para todo. Es empezar a entender la forma en que cada uno de los que se lleven a cabo puedan realizarse bajo una armonización y facilitación, empezando por la administración en turno con el objetivo de no modificar, sino adaptar, en función de las necesidades que la nación requiere y no del pensamiento momentáneo sexenal con un tiempo finito.
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Ramsés Pech es analista y asesor de la industria energética y en economía. Los puntos de vista expresados en este artículo son responsabilidad del autor.