La búsqueda de la joven desaparecida misteriosamente en 1983, Emanuela Orlandi, condujo al hallazgo de miles de huesos humanos en la Ciudad del Vaticano.
El caso de Orlandi, hija de una importante empleada del Vaticano y que desapareció a los 15 años, no ha sido resuelto en más de tres décadas e incluso inspiró teorías de conspiración que apuntan tanto a la mafia como a altos funcionarios de la Santa Sede.
El Vaticano aceptó abrir tumbas y osarios después de que la familia Orlandi recibió información anónima que decía que el cuerpo de Emanuela podría estar escondido en el Cementerio Teutónico, cerca de la estatua de un ángel que sostiene una sábana con el texto en latín ‘Requiescat in pace’ (Descanse en paz).
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Sin embargo, en lugar de terminar las especulaciones, se abrieron más interrogantes puesto que las tumbas abiertas el 11 de julio pertenecientes a las princesas Sophie von Hohenlohe y Charlotte Federica de Mecklenburg (fallecidas en 1836 y 1840) no tenían restos humanos, ni siquiera los de ellas.
Luego de este fracaso, las autoridades dijeron que los restos pudieron ser trasladados a otra parte cuando el Colegio Teutónico se construyó en entre 1960 y 1970, y tras seguir la pista en dos osarios cerca de las tumbas de las princesas, decidieron extraer los huesos el sábado pasado.
De acuerdo con CNN, Giorgo Portera, genetista designado por la familia Orlandi, dijo que los investigadores descubrieron “miles de huesos” en las cámaras, que se cree que corresponden a “docenas de personas”.
El Vaticano no se ha pronunciado sobre de quiénes son los encontrados, pero afirmó que serán analizados para tratar de determinar las identidades.
Emanuela Orlandi tenía 15 años cuando el 22 de junio de 1983 desapareció sin dejar rastro a la salida de una clase de música en la Plaza de San Apolinar, en el centro de Roma.
Algunas hipótesis que no llegaron a ser confirmadas por la Justicia italiana apuntaban a que la joven podía haber sido secuestrada por un grupo extremista turco para pedir la liberación de Ali Agca, el terrorista encarcelado entonces por haber atentado contra el papa Juan Pablo II en 1981.
Otras teorías sugerían que Orlandi fue víctima de una red pedófila detrás de la cual se encontrarían altos jerarcas de la Iglesia.
La Fiscalía de Roma investigó también la presunta relación del caso con la Banda de la Magliana, la organización criminal que sembró el terror en la capital italiana durante los años del plomo.
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Con información de Europa Press