Desde 1996 se han producido 78 videojuegos, 18 películas animadas y miles de cartas coleccionables, sin mencionar millones de juguetes, playeras y mochilas.
DESDE EL ESTRENO de Pokémon, en 1996, los “monstruos de bolsillo” de la franquicia han dominado los corazones, mentes y bolsillos de varias generaciones. Actualmente, es un imperio global con un valor de 90,000 millones de dólares, lo que la convierte en la propiedad de medios más valiosa del mundo, por encima de Star Wars. Y, ahora, tiene su primera película con actores humanos proyectándose en la gran pantalla: Detective Pikachu (basada en un juego de aventuras del mismo nombre) se estrenó en cines el pasado 10 de mayo.
Pokémon se inició como un par de videojuegos en japonés para la consola portátil Game Boy de Nintendo. Los jugadores debían capturar pokemones y entrenarlos para luchar entre sí. Poco después se lanzó un juego de cartas, un cómic y una serie animada, y todo el fenómeno se exportó a Estados Unidos en 1998. Desde entonces se han producido 78 videojuegos, 18 películas animadas y miles de cartas coleccionables, sin mencionar los millones de juguetes, camisetas y mochilas.
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¿Cuál es el secreto de su éxito? Rob Letterman, el director de Detective Pikachu, declara a Newsweek: “Tiene que ver con un verdadero cumplimiento de los deseos, en especial para la generación más joven. Una sensación de empoderamiento, la idea de que puedes salir al bosque y recolectar algo que te empodere, que te dé alegría. Puedes salir con tus amigos, sin ningún adulto, y tener esas grandiosas aventuras”.
El juego Detective Pikachu es inusual en Pokémon. Se trata de un juego de misterio con historia, y no de un juego de rol totalmente abierto; en él se presenta al peludo personaje del título, que dice muchas más cosas que su característica expresión, “¡Pika! ¡Pika!”. Este hace equipo con un niño llamado Tim Goodman para investigar la desaparición de Harry, el padre de Tim, que es un detective que desapareció mientras trabajaba en un caso sobre una serie de extraños ataques de Pokémon. En el juego, al igual que en la película, Tim y Pikachu establecen una relación muy especial, ya que Tim es el único ser humano que puede entender lo que dice Pikachu. Es una dinámica de pareja dispareja que, por sí misma, lleva a momentos de humor y descubrimiento personal para ambos personajes.
“La idea implícita en el juego de Detective Pikachu fue la de una gran personalidad que emerge de un pequeño, amarillo y peludo personaje”, señala Letterman. Ese alguien resultó ser Ryan Reynolds, mejor conocido por su interpretación del malhablado superhéroe Deadpool. Incluso antes de hablar con Reynolds sobre el papel, Letterman y su equipo tomaron una muestra de audio de una de las películas anteriores de Reynolds, The Change-Up (Si fueras yo), y la utilizaron para animar una escena con Pikachu. “Desde el primer momento en que vimos la escena tomamos una decisión. Quedó perfectamente”, afirma Letterman.
Sin embargo, mientras que Reynolds aparece en la película únicamente como la voz de un Pikachu animado digitalmente, su coestrella Justice Smith tuvo que actuar frente a las cámaras. Letterman empleó marionetistas para dar al actor un Pikachu ante el cual reaccionar en los ensayos. Pero una vez que la escena estaba lista para su filmación, Smith tenía que hacerlo todo por sí mismo. “La memoria muscular, la perspectiva y la actuación de Justice fueron increíbles”, afirma Letterman. “Tiene grandes habilidades. Nadie apreciará realmente la actuación porque está bellamente integrada en la película”.
Letterman afirma que comenzó a pensar sobre cómo filmar una película con actores y personajes de dibujos animados muchos años antes de comenzar a filmar, viajando de Tokio a California y viceversa para reunirse con los artistas y creadores originales, como Tsunekazu Ishihara, el fundador de Pokémon Co., y Ken Sugimori, que creó los 151 pokemones originales. “No quería romper con lo que la gente reconoce como Pokémon”, dice Letterman. “Son formas muy caricaturizadas. No son animales que existan en nuestro mundo a los que simplemente hayamos copiado. Son dibujos animados de otros mundos a los que quisimos darle un realismo fotográfico. Parte de ese proceso consistió en filmar en locación y utilizando lentes antiguos”.
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En esencia, Detective Pikachu es una película de cine negro, afirma Letterman, por lo que la filmó en película análoga y confió en las habilidades del cinefotógrafo John Mathieson para darle lo que denomina una descarnada “vibración al estilo de Blade Runner”. El hecho de dejar sutiles imperfecciones evita que la película parezca estéril, señala Letterman, algo que, en su opinión, el público nota cada vez más después de años de éxitos cinematográficos altamente digitalizados.
Durante la filmación, Letterman afirma que él y su equipo trataron de mantener un solo pensamiento en mente. “Es difícil hacer una película para todo el mundo, pues terminas haciendo una película para nadie”, dice. Así que “dijimos que haríamos una película para los verdaderos fanáticos. Comenzaríamos por ahí y volveríamos a nuestras bases para averiguar cómo lograr que les gustara. Son muy apasionados”.