El investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Eduardo Asuad Sanén advirtió que las Zonas Económicas Especiales (ZEE) no resuelven de raíz la marginación y la pobreza.
Durante su participación en el foro “Integración, diálogo y consenso frente a la perspectiva de desarrollo de las Zonas Económicas Especiales” celebrado en el Congreso de Oaxaca, el doctor en Economía señaló que si bien las ZEE podrían fomentar el empleo, no contribuyen a abatir rezagos estructurales.
Refirió que Oaxaca participa con el 11 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) de la industria, mientras que la media nacional es de 17, lo que indica que pertenece a una región (el sur- sureste) con vocación económica primaria.
Más aun, en la entidad, la estructura productiva y de empleo no corresponde a una actividad industrial: el 67 por ciento de la población está en condiciones de pobreza y 29 por ciento en pobreza extrema.
Refirió que el programa de Zonas Económicas Especiales promulgado en 2016 y hoy reducido significativamente, trata de conciliar la modernización productiva con el desarrollo económico y social de las zonas rezagadas.
Sin embargo, consideró, la manera en la que está planteado carece de aplicabilidad y por lo tanto, se tendría que hacer un análisis de lo que ha ocurrido a nivel internacional, para determinar si las ZEE han permitido el desarrollo de las zonas rezagadas.
“Las Zonas Económicas cuentan con políticas diferenciadas para hacerlas atractivas a la inversión extranjera, se delimitan geográficamente, tienen una administración local, exenciones de impuestos, facilidades de infraestructura y son regiones francas o libres”, explicó.
Precisó que en el mundo operan entre tres y cuatro mil zonas económicas especiales en 130 países, las cuales generan 70 millones de empleos y mueven el 41 por ciento de las exportaciones mundiales, además de captar el 20 por ciento de la inversión extranjera directa.
Detalló que si bien tienen un funcionamiento, es necesario plantearlo en lo regional, donde no ha habido un desarrollo acorde con el resto del país y se carece de una vocación industrial.
“La zona centro concentra el 50 por ciento de la producción primaria, 64 por ciento del terciario y por cada peso, 54 centavos se producen en la zona centro; en la zona sur se producen 17 centavos, el problema de la disparidad es una realidad que requiere una atención regional”, apuntó.