Los diputados británicos aprobaron el miércoles por un estrecho margen una propuesta de ley para forzar a la primera ministra a posponer la fecha del Brexit y evitar así una salida sin acuerdo de la Unión Europea, mientras Theresa May busca un compromiso con la oposición.
La propuesta de ley, aprobada por 313 votos y 312 en contra, fue presentada por la diputada laborista Yvette Cooper para evitar una salida “caótica” y “nociva” de la Unión Europea (UE).
La propuesta de ley pretende obligar a la primera ministra conservadora a posponer el Brexit más allá de la fecha límite del 12 de abril si los diputados no logran a ponerse de acuerdo sobre la forma en que Reino Unido debe salir de la UE.
El jueves deberá ser examinada por la cámara alta del Parlamento, y la solicitud de aplazamiento deberá ser aprobada por los dirigentes de la UE.
Previamente se había votado, por iniciativa de Cooper, una moción para debatir esta propuesta de ley, que también se aprobó por un margen mínimo (312 síes frente a 311 noes).
“Escándalo constitucional”
El gobierno expresó su “decepción” a través de uno de sus portavoces. “La primera ministra ya definió un proceso claro por el cual podemos salir de la Unión Europea con un acuerdo, y ya nos comprometimos a solicitar un nuevo retraso”, añadió el vocero, criticando el carácter restrictivo de esta propuesta de ley.
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Aunque el acuerdo de divorcio alcanzado entre Londres y Bruselas ya se rechazó tres veces en el Parlamento, el gobierno británico no excluye volver a presentarlo a los diputados.
La votación de este miércoles enfureció también a los más fervientes defensores del Brexit, dispuestos a cortar los lazos con la UE aunque sea sin acuerdo.
El diputado Mark Francois, euroescéptico y conservador, denunció “un escándalo constitucional”. “Perdónalos, porque no saben lo que hacen”, dijo citando la Biblia.
Antes de la votación, Theresa May se había reunido con el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, para intentar encontrar un compromiso que permita un Brexit con un acuerdo respaldado por una mayoría de diputados.
Ambos calificaron las negociaciones de “constructivas”, aunque Corbyn dijo que fueron “útiles pero no concluyentes”. “No ha habido tanta evolución como esperaba” señaló, explicando que las discusiones continuarán el jueves.
El Partido Laborista de Corbyn ha defendido repetidas veces la necesidad de que, tras el Brexit, Reino Unido permanezca en una unión aduanera con la UE y respete buena parte de las reglas del mercado común europeo para proteger el comercio y los derechos de los trabajadores.
Una gran parte de conservadores -la primera ministra incluida- se oponen a estas dos opciones porque la primera imposibilitaría firmar acuerdos de libre comercio con terceros países y la segunda podría dificultar el poner límites a la llegada indiscriminada al país de ciudadanos europeos.
Reino Unido debería haber salido del bloque la semana pasada, pero ante el bloqueo la UE le concedió hasta el 12 de abril para alcanzar una solución. La primera ministra anunció el martes que pretende pedir otra prórroga en la cumbre europea del día 10, pero si quiere que sea aceptada tiene que decir muy claramente para qué.
Nuevas dimisiones
Sin argumentos para convencer a los más recalcitrantes euroescépticos dentro de su Partido Conservador, May optó finalmente por tender la mano a su enemigo jurado, una decisión que fue muy mal recibida por una parte de su formación.
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El diputado conservador Jacob Rees-Mogg, líder del principal grupo euroescéptico en el Parlamento, lamentó que se deje el futuro del Brexit en manos de Corbyn, “un marxista notorio”.
Y dos secretarios de Estado dimitieron el miércoles. Chris Heaton-Harris, que estaba al cargo de los preparativos para una eventual salida sin acuerdo en el ministerio del Brexit; y Nigel Adams, secretario de Estado para Gales.
Pese a la persistente incertidumbre, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, afirmó en Bruselas que la UE trabajará “hasta el último momento para evitar una falta de acuerdo” que, advirtió, reforzaría a “populistas y nacionalistas” y alegraría a quienes “quieren debilitar a su vez a la UE y (…) a Reino Unido”.
El ministro británico de Finanzas, Philip Hammond, dijo que es una “expectativa” que Bruselas ofrezca una extensión más larga, pero que Londres querría reducir la prórroga lo más rápido posible una vez apruebe un acuerdo de salida.
“Sería de interés para todos que nos moviéramos al período de implementación en ese momento”, dijo a la televisión de ITV.
Si el intento de alcanzar un consenso con los laboristas fracasa, May ya anunció que prevé someter a votación del Parlamento “un cierto número de opciones para determinar el camino a seguir”.
El ejercicio, no obstante, ya lo realizaron los diputados en los últimos días por su propia iniciativa y el resultado quedó lejos de solucionar la caótica situación: en dos ocasiones rechazaron todas las alternativas propuestas y la opción que estuvo más cerca de ser aprobada -con tres votos de diferencia- fue la propuesta laborista de una unión aduanera.