Richard Branson encontró plástico en el fondo de la fosa oceánica más grande del mundo.
El multimillonario se sumergió en la fosa con Fabien Cousteau, nieto del explorador francés Jacques Cousteau, y con la exploradora de National Geographic Erika Bergman a fines del año pasado. En una publicación de su blog acerca del viaje, dijo que el descubrimiento de botellas en el fondo del Gran Agujero Azul muestra la gran necesidad de “deshacernos de los objetos de plástico de un solo uso”, añadiendo que éstos se han convertido en “un flagelo para el océano”.
El Gran Agujero Azul, en las costas de Belice, tiene casi 304 metros de ancho y 124 metros de profundidad. Forma parte de la Red de Reservas del Arrecife de Barrera (BBRRS, por sus siglas en inglés), considerado como patrimonio de la humanidad por la Unesco. Se encuentra en el centro de un atolón denominado Arrecife del Faro.
El Gran Agujero Azul se formó como una caverna de piedra caliza hace cientos de miles de años, cuando el nivel del mar era mucho menor. Al final de la última era glacial, el nivel del mar creció alrededor de 91 metros, sumergiendo la caverna, que se convirtió en la maravilla natural que es en la actualidad. El sitio se hizo famoso en 1971 cuando Jacques Cousteau lo exploró, declarándolo uno de los sitios más importantes del mundo para practicar el submarinismo.
Branson visitó el Gran Agujero Azul el mes pasado y transmitió su exploración por Discovery Channel. En una publicación posterior en su blog, Branson escribió: “viajamos unos 10 minutos en el submarino por el interior del Gran Agujero Azul y comenzamos a acercarnos a la pared del mismo. Lo primero que vimos fue una enorme pared de estalactitas gigantes, que eran increíblemente hermosas.
“El Gran Agujero Azul está formado por un complejo sistema de cavernas que se formaron en tierra firme. Es una prueba de la forma en que los océanos pueden aumentar su nivel de manera rápida y catastrófica. Alguna vez, el nivel del mar era decenas de metros más bajo. Hace 10,000 años, el nivel del mar aumentó cerca de 91 metros cuando una gran cantidad de hielo se derritió en todo el mundo. Tras descender unos 90 metros, es posible ver el cambio en la roca donde solía haber tierra antes de convertirse en mar. Fue uno de los recordatorios más crudos del peligro del cambio climático que me ha tocado ver”.
A continuación, señaló que los tres buzos se trasladaron hacia la espesa capa de sulfuro de hidrógeno, un gas tóxico incoloro que se ha formado durante siglos. Debajo de éste, el equipo encontró criaturas que habían caído en el agujero y que habían muerto por falta de oxígeno.
“¿Y qué hay de los míticos monstruos de las profundidades? Bueno, los verdaderos monstruos que enfrenta el océano son el cambio climático y el plástico”, escribió Branson. “Lamentablemente, vimos botellas de plástico en el fondo del agujero, lo cual es un verdadero flagelo para el océano. Tenemos que deshacernos totalmente de los objetos de plástico de un solo uso”.
El equipo científico que trabajó con Branson producirá imágenes en 3D del Gran Agujero Azul. También forma parte de Ocean Unite, un grupo de conservación que espera proteger 30 por ciento del océano para el año 2030.
El descubrimiento de plástico en el Gran Agujero Azul por parte de los buzos no debería ser una gran sorpresa. La producción masiva de plástico comenzó en las décadas de 1940 y 1950. En 2017, científicos de la Universidad de Georgia anunciaron que se habían fabricado alrededor de 8,300 millones de toneladas de plástico, la mayor parte de las cuales había sido desechada. Se ha encontrado plástico en sedimentos del fondo del mar a más de 4 km por debajo de la superficie del océano. También se ha hallado en el hielo del Mar Ártico y en las montañas de Suiza.
Más recientemente, los científicos anunciaron que pueden hallarse partículas de plástico en las heces humanas en todo el mundo. Philipp Schwabl, autor principal de la investigación, señaló: “Es probable que la cantidad de la contaminación plástica crezca aún más si los seres humanos no cambiamos la situación actual”.
Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek