Al menos 10 personas murieron, entre ellas dos británicas y una holandesa, mientras que un niño seguía desaparecido este miércoles por las fuertes inundaciones que devastaron el este de la turística isla española de Mallorca, en el archipiélago de las Baleares.
Las víctimas son “una pareja británica y una mujer holandesa”, “dos mujeres y cuatro hombres españoles” y “un varón sin identificar, posiblemente extranjero”, detallaron el miércoles por la noche los servicios de emergencia de Baleares.
Un niño seguía todavía desaparecido, habían indicado antes estos servicios que informan de la situación en catalán y español, así como en inglés y alemán, señal de la importante presencia de extranjeros en la isla.
Coches destruidos, muebles inutilizables y mucho barro tras la inundación en Mallorca
Vehículos empotrados, colchones mojados, cascotes, árboles arrancados de cuajo y barro por doquier. Sant Llorenç era un pueblo devastado este miércoles, tras la inundación que arrasó la tarde del martes parte de la isla de Mallorca.
Sant Llorenç des Cardassar, en una hondonada y a unos 10 km del mar, es el pueblo más afectado por una tragedia que ha dejado diez muertos, entre ellos dos británicos y una holandesa, en esta isla española conocida por sus playas y su turismo. Un niño de cinco años está además desaparecido.
Las violentas precipitaciones del martes por la tarde sorprendieron a sus vecinos, que apenas tuvieron unos segundos para reaccionar ante la crecida fulgurante del torrente que cruza el pueblo, de ocho mil habitantes.
Pedro Sánchez, un vecino de Sant Llorenç, cuenta que al ver la crecida se metió de inmediato en su coche. “Pero al momento vi que el agua me llevaba. Subió dos metros en 30 segundos, y por suerte el agua me pegó a una pared. Salí por la ventana del coche y me refugié en el tejado de la casa de un vecino”, cuenta este hombre de 40 años.
En una calle taponada por un amasijo de somieres y escombros, muestra las imágenes de la riada, un poderoso torrente de agua marrón que arrastró su coche. Dice haber tenido suerte, por haber sobrevivido y porque los daños del vehículo no le impedirán seguir usándolo. “El coche de mi padre está hecho un desastre”, dice.
En Sant Llorenç, los daños son omnipresentes. En medio del vaivén de vehículos de la Unidad Militar de Emergencias, los vecinos achican con escobas el agua entrada en sus viviendas, o tratan de arrancar el espesísimo barro con mangueras.
Las calles están sembradas de ramas, a los lados se han colocado árboles enteros arrancados de cuajo, y cada tanto se ven coches completamente destruidos.
Carmen Barco, con su camiseta y sus pantalones cubiertos de lodo, cuenta a la AFP que su madre octogenaria vio entrar el agua por la cocina de su casa.
“Le ha entrado más de un metro y medio de agua en la casa. Pudo salir por una ventana del corral y subir a la parte de arriba, y se ha pasado allí toda la noche, esperando”, cuenta esta mujer de 50 años, que vive en Palma de Mallorca y vino la mañana del miércoles a ayudar a su madre.
“Hay dos palmos de barro, los muebles todos tirados, ropa, fotos, todo tirado. Pero está viva, gracias a Dios”, añade con entereza, y agradeciendo la ayuda de los vecinos y de los muchos voluntarios acudidos de pueblos cercanos.
Uno de ellos es José Daniel Capó, un muchacho de 36 años y director de una discoteca en una localidad cercana, Cala Millor.
Vino a ayudar a las siete de la mañana, y se encontró con “un desastre”: “Estaban todas las casas inundadas, estaban achicando agua”. Lo bueno, dice, es que vino a ayudar “bastante gente de los pueblos de por aquí”.
“Hemos ido al ayuntamiento y nos ha dicho adónde había que ir. Hemos estado quitando barro de las casas. Y mañana venimos por la mañana” para continuar, apunta Juana María Mulet, una joven que vino con sus amigas desde la ciudad vecina de Manacor.
Demetrio Barrachina, comandante de la Unidad Militar de Emergencias, dijo a AFP que la situación “sigue estando complicada” en Sant Llorenç, y por eso durante toda la noche “vamos a focalizar todos los esfuerzos en esta zona cero”.
“Vamos a achicar (agua) donde haga falta, vamos a despejar viales, y vamos a ayudar a los vecinos en todo lo que ellos nos requieran”, añadió, precisando que en la zona se está buscando a un niño de 5 años desaparecido.
En total están operando en el pueblo 450 efectivos, entre militares, personal de Cruz Roja y de Protección Civil.
– Rafa Nadal echa una mano –
Según un periodista de la AFP, el pueblo de Sant Llorenç des Cardassar, epicentro de la tragedia, quedó devastado por las aguas de un torrente, normalmente seco, que se desbordó tras las lluvias diluvianas y arrasó con todo a su paso.
Numerosos vehículos quedaron completamente destruidos, montones de escombros y restos de muebles se apilaban en las calles convertidas en un lodazal, varios árboles habían sido arrancados y un pelotón de vecinos y voluntarios venidos de los pueblos cercanos achicaban el agua de las casas.
La estrella del tenis Rafael Nadal, originario del pueblo vecino de Manacor, acudió a echar una mano durante “varias horas”, indicaron a la AFP dos testigos Pedro Sánchez, vecino de Sant Llorenç, y José Daniel Capo, venido de los alrededores.
Situada a unos 60 km de Palma de Mallorca, capital de este archipiélago que el año anterior recibió 13,8 millones de visitantes extranjeros, la zona afectada cuenta con numerosos establecimientos turísticos.
– El agua “subió dos metros en 30 segundos” –
La tormenta, que apenas duró unas horas, sorprendió por su intensidad. “Se precipitaron 220 litros por metro cuadrado de lluvia”, detalló el gobierno regional balear.
Al ver la crecida en su pueblo, Pedro Sánchez se metió de inmediato en el coche.
“Pero al momento vi que el agua me llevaba. Subió dos metros en 30 segundos, y por suerte el agua me pegó a una pared”, indicó este hombre de 40 años.
“Salí por la ventana del coche y me refugié en el tejado de casa de un vecino”, cuenta este hombre de 40 años. Y desde ese tejado vio como la corriente se llevaba su vehículo.
Más de 600 personas participan en las operaciones de búsqueda de los desaparecidos y de atención a las víctimas, según las autoridades locales.
Además, un centenar de refuerzos con dos helicópteros, ocho vehículos y perros llegaron el miércoles por la mañana a la isla, indicó la Unidad Militar de Emergencias española.
De visita a la zona, el jefe del gobierno Pedro Sánchez señaló las “circunstancias absolutamente extraordinarias del fenómeno meteorológico de ayer” y prometió fondos para ayudar a las víctimas.
– Tres días de duelo –
La Casa Real llamó también a la “solidaridad (…) de toda España” ante “la desolación y la tragedia” vividas por las víctimas.
El Congreso de los diputados mantuvo un minuto de silencio en Madrid mientras que el gobierno regional de Baleares decretó tres jornadas de duelo.
Las autoridades locales habilitaron varios gimnasios en los alrededores para las personas que perdieron sus casas y Rafael Nadal también ofreció como albergue sus instalaciones deportivas.
Un centenar de personas tuvieron que ser realojadas ya de urgencia en la noche del martes al miércoles.