Varios científicos han creado un sensor que detecta el nivel de radiación ultravioleta (RUV) al que está expuesto una persona, proporcionando una herramienta que podría ayudar a prevenir el cáncer de piel.
Los sensores, o dosímetros, utilizan una tinta especial fotosensible que cambia de color de acuerdo con la cantidad de RUV a la que ha sido expuesta, proporcionando una forma de monitorear visualmente la exposición de la piel. La tinta reacciona a la RUV incluso en dosis bajas, declaró uno de los inventores de la Universidad RMIT de Melbourne, Australia. El equipo publicó sus hallazgos en la revista Nature Communications.
La tinta visible puede ser impresa en cualquier superficie de papel o aplicarse mediante una herramienta como una pluma fuente, con lo que resultaría barato producir pulseras o accesorios similares, de acuerdo con los autores del estudio.
El Sol emite longitudes de onda de RUV, categorizadas como bandas A, B y C (UVA, UVB y UVC, respectivamente). La UVC es absorbida por la capa de ozono. Se sabe que las ondas UVA y UVB dañan el cuerpo, provocando envejecimiento prematuro, distintos tipos de cáncer de piel, cataratas y debilitamiento del sistema inmunológico. De acuerdo con la Fundación del Cáncer de Piel, la RUV es una de las causas principales de melanoma potencialmente mortal, enfermedad que provoca 8,000 muertes cada año en Estados Unidos.
Además de ayudar al cuerpo a producir vitamina D, que es un nutriente indispensable para que el cuerpo pueda absorber el calcio, pequeñas dosis de RUV ayudan a prevenir el raquitismo, el lupus y la psoriasis. Estos trastornos también pueden hacer que la piel se vuelva más sensible a la luz y dañan la capacidad del paciente de absorber vitaminas.
Los autores del estudio destacan que, si bien se puede aconsejar al paciente que pase más tiempo al sol para facilitar la producción de vitamina D, una exposición perjudicial tiene un impacto negativo en la salud. Los sensores pueden evitar que los pacientes se sobreexpongan a la RUV, señalan los autores.
Para adaptarse a los distintos tonos de piel humana, los cuales tienen distintas necesidades con respecto a la RUV, los investigadores crearon seis variantes, donde el tipo 1 es el más claro y el tipo 6 el más oscuro. Aunque el tipo 6 puede soportar hasta una quinta parte más de exposición a la RUV que el tipo 1 antes de sufrir algún daño, las pieles más oscuras también necesitan más contacto con el sol para facilitar la producción de vitamina D.
Vipul Bansal, catedrático del departamento de química aplicada y ciencias ambientales de la RMIT, se inspiró para crear el sensor en sus propias dificultades para mantener concentraciones saludables de vitamina D.
“Nos emociona saber que esta tecnología de sensores UV permitirá la producción de sensores personalizados que puedan adaptarse a las necesidades específicas de una persona en particular”, señaló Bansal.
Matt Gass, vocero de la Asociación Británica de Dermatólogos, declaró a Newsweek: “Los productos para medir la exposición a los rayos UV no son raros, pero tampoco son ampliamente usados. Un problema común de esos productos es que no toman en cuenta las diferencias en los tipos de piel o en el uso de bloqueadores solares; sin embargo, este estudio busca personalizar los dosímetros UV con base en el color de la piel, lo cual es algo positivo.
“Los dosímetros tienen la capacidad de convertirse en otra herramienta que ayude a las personas a evitar una exposición excesiva al sol, pero no reemplazan a una verdadera protección contra el sol en forma de bloqueador solar, ropas protectoras y el uso de la sombra”, señaló Gass.
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Publicado en cooperación con Newsweek / Published in cooperation with Newsweek