Dos partículas diminutas teóricamente pueden colisionar para crear una “explosión de quarks” con ocho veces más energía que la reacción que alimenta las bombas de hidrógeno, según un nuevo artículo publicado en la revista Nature. De hecho, los coautores de dicho artículo dijeron a Live Science, que consideraron con toda seriedad no publicar el descubrimiento, dado que la colisión crea tanta energía.
Dejemos muy en claro una cosa: todo esto es trabajo teórico, aun cuando está basado en resultados experimentales reales del Gran Colisionador de Hadrones, una máquina para hacer chocar partículas en Europa. Y aun cuando es un descubrimiento muy chévere que da qué pensar, no hay manera en que alguien pueda aprovechar estas explosiones poderosas para hacer daño, simplemente son demasiado diminutas.
“Si yo hubiera pensado por un microsegundo que esto tenía alguna aplicación militar, no lo habría publicado”, dijo Marek Karliner, un físico de partículas en la Universidad de Tel Aviv en Israel, aLive Science.
El artículo nuevo fue inspirado por el descubrimiento en el Gran Colisionador de Hadrones previamente este año de lo que los científicos llaman una partícula “doblemente encantada”. Encantada no significa que fue bendecida por un hada madrina; en realidad, se refiere a uno de los seis tipos diferentes de quarks. Los quarks son un ingrediente fundamental de la materia que no se puede descomponer todavía más. Pero los seis tipos diferentes son de tamaños diferentes, y los científicos no se habían percatado de que dos quarks encantos, que son relativamente grandes, podían estar pegados en la misma partícula. El descubrimiento doblemente encantado los hizo reconsiderar esa creencia.
Cuando Karliner y su coautor leyeron sobre el descubrimiento en el Gran Colisionador de Hadrones, se preguntaron qué tipo de flujo de energía se involucraba cuando dos quarks encantos se fusionaban. Trozos de materia se fusionan todo el tiempo: el mismo tipo de fenómeno entre cuatro átomos de hidrógeno es lo que alimenta a nuestro sol, algunas plantas de energía y partes de las bombas nucleares modernas.
La interacción usa algo de energía para encadenar los dos quarks, pero también resulta en que se produzca algo de energía: alrededor de 12 megaelectronvoltios (esto es muy diminuto, alrededor de dos tercios de la energía producida por un par individual de átomos de hidrógeno fusionándose) por pares de quarks encantos, hallaron los científicos.
Luego, ellos decidieron usar las cifras con un tipo diferente de quark grande, los quarks fondos, los cuales son todavía más pesados que los quarks encantos. Y he aquí donde los fuegos artificiales en verdad se dispararon: según sus cálculos, dos quarks fondos al fusionarse deberían liberar 138 megaelectronvoltios de energía.
Pero al contrario de los átomos de hidrógeno hallados en bombas, los quarks fondos son tremendamente inestables, por lo que sería imposible reunir suficientes de ellos para crear las reacciones en cadena que les permiten a las bombas aprovechar la fusión tan radicalmente. Un quark fondo se convierte en un quark arriba mucho menos interesante y mucho menos poderoso en una fracción diminuta de un segundo. No tan explosivo después de todo.
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