Por Patrick Galey
El pulso de los independentistas catalanes ahuyentó de la región a decenas de empresas, mientras crecen los temores sobre la economía de una región que, pese a ser de las más ricas de España, está muy endeudada y depende de las exportaciones.
Cataluña aporta alrededor de un 20 por ciento del Producto Interior Bruto nacional y es la primera región exportadora de España, pero la peor crisis política en una generación está llevando a las empresas a buscar terreno más estable y trasladar sus sedes sociales.
“Para volver a Cataluña has de estar absolutamente seguro de que no va a volver a repetirse alguna situación de inestabilidad política”, explicó a la AFP Juan Ignacio Sanz, un jurista de la escuela de empresariales ESADE.
Si irse es fácil, volver no lo es tanto: “te vas en 24 horas y para volver tardas años”.
Más de 40 grandes y medianas empresas trasladaron su sede fuera de la región, incluyendo el tercer banco de España, CaixaBank, la multinacional energética Gas Natural y el operador de autopistas Abertis.
Su valor combinado supone el 40% de las acciones de empresas catalanas que cotizan en la Bolsa de Madrid, y aunque no se anunciaron pérdidas de empleos, no está muy claro si las arcas de una Cataluña independiente acabarían ingresando algo de estas sociedades.
Según el Colegio de Registradores de España, 540 empresas en total iniciaron los trámites entre el 2 y el 11 de octubre para trasladar sus sedes fuera de Cataluña.
“Si lo que ha ocurrido en las últimas semanas continúa, el gobierno catalán debería afrontar la realidad: las grandes empresas se están yendo, y eso es catastrófico para los ingresos fiscales catalanes”, dijo a la AFP Eric Dor, director de economía de la escuela de administración empresarial IESEG, de París.
Los separatistas argumentan que Cataluña impulsa la economía de España pagando más impuestos de lo que recibe en financiación, y creen que romper con el país permitiría la prosperidad de la región.
Después de todo, es el primer destino turístico, una fuerza industrial y un líder en investigación y desarrollo, en publicación de libros y en nuevas tecnologías.
Pero tiene una deuda de 76.700 millones de euros -que debe en su mayoría a Madrid- y no tiene acceso a los mercados financieros por la nota -nivel especulativo- de sus emisiones de deuda.
“Es inconcebible pensar que (el presidente Mariano) Rajoy va simplemente a perdonar esa deuda si se produjera la secesión de Cataluña de España”, dijo Nathan Jones, un profesor experto en España de la Universidad británica Nottingham Trent.
Problema de la UE
El presidente catalán, Carles Puigdemont, insiste en que una Cataluña independiente sería un miembro dinámico de la Unión Europea.
Pero Bruselas ha dicho repetidamente que, con una secesión, Cataluña dejaría el bloque -y sus esfuerzos por reincorporarse se toparían seguramente con el veto de Madrid.
Dor dijo que si Cataluña pudiera unirse a la UE, su renta per cápita de 28.600 euros (33.600 dólares) la convertirían en el 12º miembro, en términos de riqueza.
“Así que, sería absolutamente un estado viable”, explicó.
Pero Jones señaló que no es seguro que una Cataluña muy endeudada reuniría los criterios de adhesión, incluido la adopción del euro, aunque los obstáculos políticos desaparecieran.
“Todo eso dejaría potencialmente a Cataluña aislada de sus principales socios comerciales y fuertemente endeudada con el gobierno español, lo que dañaría gravemente a su economía”, explicó.
Ricardo Mur, el vicepresidente de la confederación de empresarios de Aragón, dijo haber observado un incremento en la actividad en esta región lindante con Cataluña.
“Los polígonos industriales están casi llenos por el traslado de compañías catalanas”, dijo Mur a la AFP. Tras la salida de grandes empresas, “eso va a empezar a pasar con las medianas y pequeñas, por lo cual la descapitalización que está teniendo [Cataluña] es muy importante y muy difícil de revertir”.
‘Máxima inquietud’
La agencia de notación financiera Standard and Poor’s, que está estudiando rebajar las notas de las emisiones de deuda de Cataluña, dijo el jueves que la región se expone a una recesión si sigue el conflicto.
La organización patronal CEOE (Confederación Española de Organizaciones Empresariales) aseguró que Cataluña ya se ha visto “seriamente afectada” por la crisis.
La crisis tiene ecos de la que sufrió la provincia canadiense de Quebec durante su flirteo con la independencia en los años 1970 y 1980, cuando cientos de empresas abandonaron Montreal.
Algunos analistas creen que la fuga de empresas puede ser temporal, pero otros como Juan Fernando Robles, profesor de economía en la Universidad UNED, temen que pase tiempo antes de que se restaure la confianza de los inversores, incluso si la región no se independiza.
“Pasará tiempo antes de que se recupere la confianza”, dijo Robles.