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Fallan “contralorías ciudadanas” al ISSEA

Publicado el 2 de julio, 2017
Fallan “contralorías ciudadanas” al ISSEA
El 17.5 de las unidades médicas del Instituto de Servicios de Salud del Estado de Aguascalientes (ISSEA) obligadas a tener un Aval Ciudadano trabajó sin esa figura, equivalente a una contraloría ciudadana, en 2016, según el dictamen de la Auditoría Superior de Fiscalización. 
Según el informe de la ASF, la Dirección General de Calidad y Educación en Salud, de la Secretaría de Salud Federal, reportó en Aguascalientes 105 unidades médicas susceptibles de tener Aval Ciudadano. De esas, 96 tenían esta figura instalada.

Un Aval Ciudadano es un representante de la sociedad civil cuya figura está contemplada en la Estrategia Nacional para la Consolidación de la Calidad de los Establecimiento y Servicios de Atención Médica 2013-2018, de la Secretaría de Salud. Su función principal es ser enlace entre los usuarios y la institución para mejorar el trato digno en los servicios de salud.

Para la auditoría, el ISSEA proporcionó un directorio con 97 unidades médicas de las cuales el 82.5 por ciento contaba con un Aval Ciudadano. En 59 unidades, ese aval era un ciudadano a título individual, mientras que las 21 unidades restantes fueron vigiladas por dos instituciones educativas.

La justificación de la Secretaría de Salud de Aguascalientes fue que algunas unidades nunca han contado con esta figura de participación social o los avales renunciaron o no cumplieron con sus funciones.
Otra de las carencias de esta figura de participación social dentro del ISSEA fue que durante el 2016 no se realizó al 100 por ciento el monitoreo ciudadano y, por lo tanto, no se contó con la totalidad de cartas compromiso firmadas por los Avales Ciudadanos.

El ISSEA no dispuso de evidencia documental con la que se pudiera comprobar que los Avales Ciudadanos realizaron entre la ciudadanía el mínimo de encuestas solicitadas por el Sistema Nacional de Indicadores de Calidad en Salud (INDICAS).

Además, señala el documento, quienes voluntariamente fungieron como Avales Ciudadanos no recibieron la capacitación suficiente para el desarrollo de sus funciones como “contralores sociales”.

Solo en 60 por ciento de las unidades médicas se pudo verificar la existencia y funcionamiento de mecanismos de captación de quejas, denuncias y sugerencias. Y no se pudo constatar la presencia del Aval Ciudadano durante la apertura de los buzones ciudadanos.

En total, la Auditoría Superior hizo 15 observaciones, de las cuales 14 fueron solventadas antes de integrar el informe y quedó solo una pendiente por resolver. Según su reporte, todos los centros de salud disponen de un programa de trabajo calendarizado con mecanismos de atención e instrucciones para la atención de las observaciones, para que el ISSEA subsane las insuficiencias señaladas e informe de su avance oportuno a la ASF.

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