El exgobernador de Veracruz, Javier Duarte de Ochoa, aceptó ser extraditado a México, en donde enfrenta cargos por incumplimiento del deber, peculado y tráfico de influencias.
“He determinado allanarme para enfrentar la justicia en mi país. Acepto la extradición que el gobierno fallido está haciéndome”, dijo durante la segunda audiencia celebrada en Guatemala.
Duarte negó además las acusaciones que pesan en su contra al considerarlas “irrisorias”. El gobierno de Veracruz, que encabeza Miguel Ángel Yunes Linares, lo acusa de tráfico de influencias cuando ya no era funcionario público y de hacer un depósito de 220 millones de pesos de una cuenta del gobierno del estado a otra cuenta del gobierno del estado.
El mexicano fue detenido el pasado 16 de abril cuando se encontraba en un hotel del turístico municipio guatemalteco de Panajachel, a orillas del Lago Atitlán. Durante su gestión como gobernador, Veracruz se convirtió en uno de los estados más violentos de México, con 21 comunicadores asesinados, además de varios casos de desaparición forzada.
Duarte renunció a su cargo en octubre del año pasado un mes y medio antes de terminar su mandato.
El exgobernador se encuentra recluido en el cuartel militar Matamoros de la capital, en una área que fue modificada para servir como prisión para reos considerados de alto impacto.
Al concluir el proceso legal, según la Ley Reguladora del Procedimiento de Extradición, Duarte queda a disposición del Ministerio de Relaciones Exteriores para su entrega.