Una familia y dos agentes federales fueron asesinados este fin de semana en el violento estado mexicano de Veracruz, días después de que dos cuerpos fueron arrojados afuera de la oficina de un jefe policial de esa entidad.
El gobernador Miguel Ángel Yunes Linares confirmó el domingo que dos policías federales fueron asesinados durante la violenta jornada del sábado, mientras que uno más resultó herido. “El Comisario Camilo Castagné fue cobardemente asesinado el día de ayer, junto con el Comisario Peña, y en el mismo evento hirieron a otro elemento de la Policía Federal”, dijo el mandatario.
Yunes Linares detalló que el agente herido “va recuperando su salud” a la par que estimó que el ataque contra los policías federales desplegados en Veracruz fue un acto de represalia por parte de criminales.
“Hemos pegado muy fuerte a la delincuencia, y estos golpes fuertes a la delincuencia han provocado una reacción violenta. La delincuencia quiere inhibir la acción del Estado amenazando a quienes estamos a cargo de combatirla (…) asesinando a uno de los elementos más importantes de este grupo”, dijo.
El gobernador mostró imágenes en las que se observa a los atacantes justo antes del atentado perpetrado en un restaurante cercano a una carretera, y ofreció un millón de pesos como recompensa a quien aporte datos para su detención. “En el restaurante había familias, había personas con niños pequeños. Era una tarde sin problema, hasta que se presentó este grupo de delincuentes”, comentó.
El mismo día en que fueron asesinados los elementos federales, un comando armado asesinó a una familia de seis personas en Coaztacoalcos, entre ellos cuatro niños, mientras que dos mujeres fueron asesinadas en el municipio de Orizaba.
La semana pasada, dos cuerpos fueron arrojados afuera de la oficina de un jefe policial. En esa ocasión, el gobernador Yunes Linares comentó que los cuerpos fueron arrojados en respuesta a una campaña de recompensas que lanzó su administración por jefes locales de la delincuencia organizada.
El gobierno de Veracruz anunció en días pasados una recompensa a quienes den información para capturar a mandos de Jalisco Nueva Generación, lo que provocó un incremento de la violencia en las ciudades en que opera este cártel.
Veracruz, uno de los estados más violentos del país, es escenario de sangrientas disputas entre los cárteles Los Zetas y Jalisco Nueva Generación, quienes además de traficar drogas hacia Estados Unidos se dedican al secuestro y extorsión de habitantes y migrantes, así como al robo de combustible, en muchas ocasiones con la connivencia de autoridades locales corruptas.