Piratas informáticos del servicio de inteligencia militar ruso intentaron introducirse en los sistemas electorales de Estados Unidos antes de los comicios presidenciales de 2016, según se desprende de un documento de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA), el cual precisa que hubo más de un centenar de intentos de penetración de los cibermilitares rusos.
Un documento filtrado anónimamente al diario estadounidense The Intercept, detalla que estas operaciones de pirateo atacaron durante varios meses a empresas privadas que ofrecían servicios de inscripción electorales a las autoridades locales. Este dispositivo duró hasta casi el día de la elección, el 8 de noviembre.
De acuerdo con el citado documento clasificado como altamente secreto, el Departamento Central de Inteligencia ruso, más conocido como GRU, lanzó un ataque en agosto de 2016, “evidentemente para obtener información sobre el software electoral y las aplicaciones del hardware”.
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Añade que “los autores probablemente emplearon la información para acometer una campaña de “spear-phising” (operación centrada en un grupo u organización específica para la obtención de sus datos) dirigida a las entidades locales de registro electoral”.
Si bien el documento no determina si el ataque cibernético tuvo consecuencias en el resultado electoral, no duda de que fue el servicio de inteligencia militar ruso el responsable.
Según la versión de The Intercept, al recabar la versión de la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) les pidieron que no publicaran el documento.
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Al constatar que sería difundido, añade la publicación digital, accedieron a la petición de eliminar algunos datos que fueron considerados al margen del interés de la opinión pública.
Aunque el documento fue una filtración anónima, la presunta autora fue identificada este lunes por el Departamento de Justicia como Reality L. Winner, de 25 años, tras su detención el pasado fin de semana, alerta del ciberataque a uno de los proveedores de software del sistema de voto estadounidense.
Acusada de un delito de filtración de información clasificada de inteligencia a un medio de comunicación, la joven analista de la consultora Pluribus International facilitó supuestamente el documento, que supondría un desmentido a las declaraciones del presidente ruso, Vladimir Putin, que negaba cualquier implicación.
“Estas afirmaciones no corresponden con la realidad”, declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov. “Desmentimos firmemente cualquier posibilidad de que esto haya podido ocurrir”, añadió.
“No hemos oído ningún argumento que confirme la autenticidad de estas informaciones”, insistió Peskov.