Jared Kushner además de ser yerno de Donald Trump, es uno de sus más cercanos asesores de Donald Trump, uno de los pilares de su administración. Sin embargo, la participación de este joven empresario de 36 años en la trama rusa ha puesta en peligro su privilegiado lugar.
De perfil discreto, son pocos quienes han escuchado siquiera su voz. Aunque desde la campaña de 2016, el esposo de Ivanka Trump ha sido el hombre para las misiones delicadas, el que puso a su suegro en el buen camino en los asuntos clave, pero también el que despertó su instinto agresivo.
The New York Times lo ha descrito como el “director de campaña de facto”. Poco después se le señaló de ser culpable de la remoción de Chris Christie, quien por entonces parecía el favorito de Trump para la vicepresidencia. Christie fue el fiscal que acusó al padre de Jared, promotor inmobiliario, condenado en 2005 a una pena de prisión por diversos fraudes.
Varios diplomáticos extranjeros han aprendido que deben pasar por su oficina para establecer vínculos con Donald Trump. Fue a través de él, por ejemplo, que los japoneses lograron que su primer ministro, Shinzo Abe, fuese el primer líder extranjero con el que se reunió Trump tras su victoria en las elecciones de noviembre.
No fue para nadie una sorpresa que el magnate republicano lo nombrara su consejero principal al llegar a Washington, el que lleva su agenda diplomática. Kushner encabeza de hecho el grupo que enfrenta a Stephen Bannon, el estratega nacionalista del presidente.
Sin embargo, ese lugar que ha forjado en la Casa Blanca podría estar en peligro. Su nombre ha aparecido en la investigación del FBI, hoy en manos del investigador independiente Robert Mueller, que trata de establecer si hubo una colusión entre el comité de campaña de Trump y Rusia para favorecerlo en la elección presidencial.
Kushner se reunió en diciembre no solo con el embajador ruso en Estados Unidos, Serguei Kisliak, sino también con Serguei Gorkov, presidente del banco público Vnesheconombank, controlado por familiares de Vladimir Putin y sancionado por Washington.
Las justificaciones para estos encuentros han ido evolucionando a medida que surgen nuevas revelaciones. De acuerdo al Washington Post, Kushner habría propuesto al embajador Kisliak la creación de un canal secreto de comunicación con el Kremlin, lo cual no ha sido desmentido por la Casa Blanca. En cuanto a Gorkov, los rusos inicialmente justificaron esta reunión por un interés en las compañías de Kushner.
Molesto por los constantes señalamientos en relación con la investigación de la trama rusa, Trump expresó el lunes una “absoluta confianza” en su yerno. Pero tal como le pasó a Bill Clinton tras el espectacular fracaso de la reforma del sistema de salud que le había encomendado a su esposa, Hillary, Jared Kushner tal vez no sea un fusible más como el resto de los colaboradores del presidente.
Mientras tanto, Kushner prometió, a través de su abogado, cooperar con la investigación que lleva adelante el Congreso.