Los acercamientos que ha tenido el grupo más cercano a Donald Trump con el embajador ruso en Estados Unidos, Sergey Kislyak, antes y después de la campaña han puesto al equipo del presidente estadounidense contra las cuerdas una y otra vez, además de que han demostrado que hubo una cercanía con el magnate que simplemente no existió con la candidata Hillary Clinton, quien a lo largo del proceso resultó afectada por el hackeo de correos que presumiblemente cometieron piratas informáticos rusos.
Un exasesor de Trump ha confirmado ahora que también sostuvo una reunión con el diplomático del Kremlin con el motivo de restablecer una relación estratégica para que ambos países pudieran trabajar juntos en el combate del extremismo islámico. Esa reunión se dio dos días antes de que Wikileaks liberara miles de mensajes de correo electrónico hackeados del Comité Nacional Demócrata (DNC) que mostraban una clara preferencia partidistas de Clinton sobre Bernie Sanders.
El asesor, Jeffrey “JD” Gordon, dijo a The Independent que habló con Sergey Kislyak en la Convención Nacional Republicana de julio sobre el deseo que tenía Trump de restablecer la relación estratégica. Dijo que aunque sabía que el candidato republicano estaba interesado en que el ejército estadounidense trabajará con Rusia para combatir a Isis en Siria, tales detalles no fueron planteados al diplomático ruso.
“[Debemos] cooperar más contra los extremistas radicales islámicos; no deberíamos tener situaciones en las que la gente venga de Chechenia para hacer estallar el maratón de Boston. Debemos escuchar a los rusos cuando nos están advirtiendo acerca de sospechosos de terrorismo “, dijo Gordon al diario británico sobre su conversación. “Esto fue todo. Fue un máximo de cinco minutos”.
JD Gordon es tan solo uno de los representantes de alto nivel del equipo de Trump que se han reunido con el embajador ruso en Estados Unidos. A mediados de febrero pasado Mike Flynn, consejero de seguridad de Trump, se vio obligado a renunciar al confirmarse que mintió al Vicepresidente Mike Pence sobre sus contactos con Kislyak, con quien conversó al respecto de las sanciones impuestas a rusia.
El escándalo no paró ahí y ha alcanzó el lazo familiar de Trump. En octubre, cuando Kisliak estaba en la Trump Tower, en Nueva York, se reunió con el influyente yerno del presidente electo, Jared Kushner, así como con Flynn. Días después, se dio a conocer que Jeff Sessions, un fiel aliado del presidente, se reunió con el embajador ruso en dos oportunidades en los meses previos a las elecciones, aún cuando había afirmado lo contrario ante el senado. Esta situación lo llevó a apartarse de cualquier investigación sobre el rol de Rusia en los comicios.