El presidente Donald Trump calificó este miércoles de “politizada” a la justicia de Estados Unidos, que suspendió su decreto migratorio y cuya suerte depende ahora de tres jueces de una corte de apelaciones de San Francisco, luego de que en días anteriores había calificado la acción como “ridícula”.
“Jamás quiero decir que un tribunal es parcial, por lo tanto no voy a decir que es parcial y aún no tenemos una decisión”, dijo Trump sobre el ahora incierto futuro del decreto migratorio impulsado desde la Casa Blanca en una reunión con la asociación de comisarios policiales.
Sin embargo, fiel a su estilo incendiario, el presidente estadounidense dijo que “los tribunales parecen estar tan politizados, y sería muy bueno para nuestro sistema de justicia que pudieran leer una declaración y hacer lo correcto”.
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FOTO: AFP
El decreto migratorio de Trump cerró las fronteras a todos los refugiados durante 120 días, y de manera indefinida a los refugiados sirios, y además estableció que los ciudadanos de Irán, Irak, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen tienen prohibida la entrada durante 90 días a territorio estadounidense, lo que provocó protestas masivas de miles de estadounidenses en los principales aeropuertos del país, en los que incluso, se llegó a pasar por alto la medida aprobada por Trump, permitiendo el acceso a ciudadanos de las nacionalidades vetadas.
“Nuestra seguridad está en riesgo en este momento”, dijo Trump al defender su medida, suspendida a nivel nacional por las cortes federales tras haber sido implementada durante una semana, y expresó que si estos jueces quisieran, en mi opinión, ayudar a la corte en términos de respeto a la corte, harían lo que deberían estar haciendo. Es muy triste”, reclamó Trump, quien dijo que escuchó la audiencia de una hora en una corte de San Francisco el pasado martes.
Los tres jueces federales del Noveno Circuito de Apelaciones determinarán esta misma semana si la suspensión se mantiene o el decreto vuelve a entrar en vigencia, mientras que el Departamento de Justicia, en representación del gobierno, argumentó que el decreto estaba dentro de las atribuciones de Trump, señalando que es “un criterio de seguridad nacional que tradicionalmente se le asigna a la rama política y al presidente”.
Insurrección burocrática
El presidente también ha provocado una “insurrección” sin precedentes en el departamento de Estado con su decreto antiinmigración que congela el ingreso de ciudadanos de siete países musulmanes y refugiados. El texto, sin embargo, fue suspendido por la justicia.
En el marco de una “insurrección” burocrática, según la expresión de un funcionario, unos mil diplomáticos considerados progresistas firmaron un memorando interno “disidente”, en el que denuncian ese decreto sobre migración. Esta rebelión diplomática no impide que el departamento de Estado funcione, pero altos funcionarios admiten que lo hace a una velocidad reducida.
Un exportavoz de la diplomacia estadounidense, Jeffrey Rathke, recuerda que durante las transiciones entre las administraciones en 2001 (de Bill Clinton a George W. Bush) y 2009 (de Bush a Obama), “el departamento de Estado reanudó las conferencias de prensa pocos días después de la investidura” del presidente el 20 de enero.
Y el informe diario del portavoz de la Casa Blanca, centrado en la política interna, no puede reemplazar al del departamento de Estado, declara a la AFP Rathke, analista del Center for Strategic and International Studies (CSIS).
“Cada día hay muchos temas, menores o mayores, en todas partes del mundo que son del interés de Estados Unidos. No tratarlos públicamente supone privarse de influir sobe ellos”, se lamenta este exdiplomático.
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Gigantes se unen contra el decreto
Silicon Valley, donde trabajan miles de inmigrantes, denunció al unísono el controvertido decreto que limita la inmigración a Estados Unidos aprobado por Donald Trump, ensanchando así un poco más la distancia con el presidente.
“Apple no existiría sin inmigración”, fustigó el sábado el director ejecutivo, Tim Cook, en un documento interno. Steve Jobs, el cofundador de la marca de la manzana, era hijo de un inmigrante sirio.
En la línea de Cook o de Mark Zuckerberg que escribió en Facebook “como muchos de ustedes, estoy preocupado por el impacto de las recientes ordenes ejecutivas firmadas por Trump”, la mayoría de los directores de la “high tech” han roto su silencio para criticar medidas que podrían privarles de una importante reserva de talentos.
“Las medidas de Trump afectan a los trabajadores de Netflix en todo el mundo”, escribió en Facebook Reed Hastings, director ejecutivo de la plataforma de videos en streaming. “Es hora de unirnos para proteger los valores estadounidenses de libertad y de oportunidades”, añadió.
En Google, según un correo interno de su director, Sundar Pichai, 187 trabajadores están directamente afectados por las nuevas restricciones.
“Estamos preocupados por el impacto de este decreto y de cualquier propuesta que pueda imponer restricciones a los trabajadores de Google y a sus familias, o que pueda crear barreras para importar grandes talentos a Estados Unidos”, declaró el gigante de internet.
El decreto presidencial, en vigor desde su firma el viernes por la noche, prohíbe la entrada en Estados Unidos de ciudadanos de Irak, Irán, Libia, Somalia, Sudán, Siria y Yemen durante 90 días, y de refugiados sirios hasta nueva orden.
Además, la medida suspende totalmente el programa estadounidense de acogida de refugiados durante al menos 120 días.