Gorros y varitas luminosas, aroma de buñuelos, arcos de metal, aguinaldos, niños en hombros de papá o mamá, otros más perifoneados por el sonido local: “Niños, cuiden a sus papás”, bromeó a manera de regaño el animador situado en el escenario.
Así se recibió el mes de la Navidad en la explanada de la plaza Juárez, de Pachuca, donde explosiones de pirotecnia y un millón de foquitos iluminaron el monumental árbol navideño, adornado también con 10 mil esferas.
Son las 19:30 horas y aunque la selección musical del sonido local en nada evoca a la navidad, los Ángeles Azules, Ximena Sariñana y, sobre todo, la cumbia Chachacha hacen mover las caderas de niños y adultos, para hacer menos tediosa la espera.
Otros, sobre todo los que llegaron temprano, aprovechan las banquetas para sentarse o se tienden a su antojo en el asfalto de avenida Juárez. Desde la caseta de teléfono de la esquina de Fernando Soto, un niño logró una vista privilegiada.
Con mejores lugares, los pequeños de escuelas como la Presidente Alemán y la 18 de Marzo se ubicaron en las gradas dispuestas para el coro monumental de 2 mil voces. Con menos suerte, estudiantes con el uniforme de la escuela Plan de Guadalupe fueron acomodados de pie, a un costado de sus compañeros.
Poco antes de las 20:00 horas, bailarines y actores se apoderan del escenario; danzan y mueven los labios tratando de sincronizarlas con las voces de doblaje. En la explanada y los portales de plaza Juárez, más de 30 mil asistentes observan las pantallas.
Es al término del tradicional cuento navideño la espera culmina y el monumental árbol, con el logotipo de la administración estatal, se ilumina para deleite de los más pequeños.
Sobre los hombros de mamá, Cristian pregunta a ésta qué es la varicela, luego de escuchar a una pareja mencionar la contagiosa enfermedad y reír divertidos. “Son ronchas que te salen en todo el cuerpo, mira, como las del árbol, pero no de colores”, responde la mamá, mientras el pequeño mira con sorpresa el espectáculo multicolor.