Van de la mano, pero como oponentes. Microsoft celebra
su keynote, un día antes Apple reúne
a los medios y selectos invitados para presumir su nuevo MacBook Pro. No es sólo
la coincidencia en el tiempo, también coinciden en los productos que presentan y
en el nicho de mercado al que van dirigidos.
El diario español El
País hace un análisis sobre la ya histórica competencia entre estos dos
gigantes de la tecnología. Apple se mantiene fiel a su guión; no es pobre lo
que presenta, sólo que la firma muestra movimientos calculados y milimétricos.
Microsoft, por su parte, despliega todo un festival de luces de colores y se
lleva el grueso de las alabanzas de los críticos, aunque en esta partida y
jugando contra Apple, nunca hay ganador absoluto.
Antes era Steve Jobs quien se burlaba del inmovilismo
y sobriedad de Microsoft. Ahora, los otrora blanco de las mofas toman la
delantera.
La firma fundada por Bill Gates ha dejado atrás su
formalismo para convertirse en el nuevo enfant terrible de la
innovación. Microsoft comenzó sorprendiendo a todos con el Surface Studio, un
híbrido entre escritorio y tableta, que puede ser gestionado desde el ratón y
teclado o bien directamente desde la pantalla con los dedos. Studio aporta una
bocanada de aire fresco en un segmento, el de las computadoras, que se había
resignado a mirar de soslayo cómo los dispositivos móviles le ganaban el
terreno.
Y así, mientras Apple se aferra a los portátiles,
Microsoft avanza por la senda de los convertibles y el Surface Book 17 es prueba
fehaciente: se trata de una evolución del modelo anterior con un incremento del
30 por ciento en la duración de la batería (hasta 16 horas de uso) y el
poderoso procesador Core i7 de Intel.
Apple le apuesta a la continuidad y Microsoft arriesga
logrando que algunos medios califiquen sus productos de sexys, frente a lo que parece un estilo más o menos continuista de
los de la manzana.
Apple, discreta, no se quedó atrás: su gran
protagonista fue una pequeña barra situada en la parte superior del teclado. La
Touch Bar, como el fabricante la ha bautizado, es una franja multitáctil
ubicada donde antes se encontraban las teclas de función. Inocente, inofensiva
y de apariencia infantil, esta incorporación va a dar mucho juego y
posiblemente acabe arrastrando también a Microsoft.
La idea principal de la Touch Bar consiste en
considerar la primera línea del teclado como una extensión de la pantalla; han
querido incorporar parte de las ventajas del iPad a la gama alta de sus computadoras
portátiles y dejar que sean los desarrolladores quienes exploten esta nueva
herramienta.
¿Quién gana? Ni Apple ni Microsoft: el cliente.