NACIDA EN UNA FAMILIA DE ACTORES, Tessa Ia es una joven mexicana que está buscando su propio camino: primero su identidad
personal y, luego, su rumbo profesional. Sus ojos azules son conocidos
por su notable actuación en Después de Lucía, bajo la dirección de
Michel Franco, filme galardonado en importantes festivales de cine
como Cannes y San Sebastián.
De su madre, la actriz Nailea Norvind, heredó el gusto por la actuación, pero ahora Tessa está centrada en desarrollar su carrera como
cantante. Correspondencia es su álbum debut, y en él da cuenta del
proceso que ha emprendido para encontrarse consigo misma.
—¿Qué significa Correspondencia en tu vida?
—Es un disco que empecé a escribir hace dos años. En ese momento
de mi vida yo estaba buscando algo, quién sabe qué, pero buscaba algo
en diferentes personas. Brincaba de persona en persona buscando ese
algo, y no lo encontraba y me frustraba. Terminaba escribiendo las
canciones y ahora me doy cuenta de que el primer lugar donde debí
haber buscado era en mí misma. Correspondencia habla de eso, de una
búsqueda con otras personas para al final conciliar con uno mismo.
Aprender a quererse uno mismo, para poder querer a los demás.
—¿Qué tipo de música escuchas?
—Escucho mucho jazz. Me gusta mucho David Bowie, Morphine,
Patti Smith, por ahí.
—Si pudieras elegir a alguien con quien cantar, ¿quién sería?
—Se me ocurren mil. Me gustaría mucho con Grimes, Björk, Adanowsky…
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
—¿Por qué decidiste dar el salto de la actuación a la música?
—No quería tomar proyectos de actuación con los que no me
sintiera identificada, no quería tener que actuar solamente por estar
trabajando. Yo actúo porque realmente lo disfruto. Entonces empecé a
escribir canciones, me pareció una buena manera para pasar el tiempo entre proyectos de actuación. Para estar siempre creando, haciendo cosas. Filmé dos películas a inicios de año, una se llama Camino a
Marte, y la otra, Los adioses. Son películas muy diferentes, pero muy
padres cada una, y estarán saliendo el año que viene.
Hace no mucho Tessa decidió raparse el cabello para encontrar su
nueva identidad, la cual se halla presente en las letras de los diez temas de Correspondencia. En el álbum, que recientemente fue puesto
a la venta, Tessa mezcla lo mejor de su talento: su voz, su faceta histriónica y su capacidad de componer canciones.
En marzo de este año hizo su debut con “Búfalo”, y después lanzó
“Elefantes”. Lo último que se puede escuchar de ella es “Acicálame”,
canción en la que habla de las despedidas, del adiós, y en cuyo video
se representan simbolismos de sus miedos y de sus sueños.
Foto: Antonio Cruz/NW Noticias.
—¿En qué lugar del mundo fue la última vez que sentiste que te
querías quedar ahí para siempre?
—En Japón, porque es completamente diferente a lo que conocemos, la gente allá es demasiado amable. Tienen muchísimo peso sus
valores y eso se nota a leguas. Su cultura me parece superinteresante.
—¿Cuándo fue la última vez que sentiste mucho orgullo
sobre un escenario?
–En la tocada de Cara Dura, le abrí a los mesoneros. Fue un bonito momento porque se juntaron muchas personas, amigos
y familia. Fue muy hermoso, pues fue la primera vez en mi vida.
Es algo muy nuevo para mí, todavía me estoy acostumbrando a
pararme en un escenario sin una cuarta pared. Fue una de las
primeras veces que me sentí más estable y menos nerviosa.
—Si mañana fuera el último día de la vida en la Tierra,
¿qué harías hoy?
—Me encerraría en mi casa con mi gata y con la gente que
más quiero en el mundo, tomaríamos vino o cualquier cosa que
cada quien quiera, estaríamos juntos, y tendríamos tiempo de
calidad.