Las
políticas monetarias de muchos bancos centrales y las tasas de interés
históricamente bajas están haciendo cada vez más atractiva para los inversores
la deuda pública de los países emergentes como Arabia Saudí o Argentina.
En su
primera operación en los mercados internacionales, Arabia Saudí logró colocar
un nivel récord de 17, 500 millones de dólares en deuda pública, con una fuerte
demanda.
“Esta
claro que hay un gran apetito de los inversores para la deuda emergente”,
explica Jean-Marc Mercier, codirector de la división mercados de capitales de
HSBC, uno de los bancos que llevó a cabo la operación saudí.
“Los
bancos centrales van todos más o menos en la misma dirección, la de una
política monetaria acomodaticia, y esto lleva a los inversores a
arriesgarse”, asegura Mercier.
2016
está siendo “récord” para este mercado, con 130 mil millones de
dólares de obligaciones en moneda extranjera emitidos por los gobiernos de los
países emergentes, destaca Regis Chatellier, un analista de Société Générale
CIB.
“El
mercado de la deuda ha llegado a puntos extremadamente bajos en lo que respecta
a las tasas”, explica Romain Bordenave, gestor de deuda y divisas
emergentes de Edmond de Rothschild Asset Management.
Por
eso los inversores buscan ahora mejores rendimientos en países que hasta ahora
no estaban en este mercado. A título de comparación, los bonos de deuda a diez
años de Francia ofrecen actualmente intereses de 0.28 por ciento, frente al 3.25 por ciento de los
mismos bonos colocados la semana pasada por Arabia Saudí.
Los
analistas destacan que el Brexit y la recuperación del petróleo también han
sido factores clave en la atracción de la deuda emergente.
En lo
que va de año, en Oriente Medio se han llevado a cabo tres emisiones
importantes de deuda: en Catar (9 mil millones de dólares), Abu Dabi (5 mil millones de dólares) y los 17,500 millones de Arabia Saudí, recuerda Jean-Marc
Mercier.
Argentina vuelve a los mercados
Argentina
también ha vuelto a los mercados internacionales con una emisión de 16, 500
millones de dólares, la segunda más alta del año. “Pero es un caso un poco
distinto, hay un efecto de recuperación porque el país estaba ausente de los mercados
internacionales desde 2001”, explica Regis Chatellier.
A
pesar de esta relativa euforia, sigue habiendo riesgos para los que invierten
en deuda de los emergentes, como la posibilidad de la que Reserva Federal
Estadounidense (Fed) suba las tasas de interés.
Al
mismo tiempo, según Guy Stear, responsable mundial de investigación de
crédito en Société Générale CIB, los países emergentes son “menos
sensibles” a las previsiones de política monetaria de la Fed de lo que
fueron durante la crisis de 2008.
También
preocupa la evolución de la economía china, aunque según Regis Chatellier se
trata de “un riesgo controlado por el momento”.
En
general los observadores son optimistas y auguran al menos otros 4 ó 5 meses de
buenos resultados para las emisiones de deuda en los emergentes.
Más
aún teniendo en cuenta que, como subraya Chatellier, “la deuda pública en
los países emergentes es en promedio dos veces inferior a la de los países
desarrollados”.