Con el gran sentido del humor que
caracteriza a los mexicanos, y ese ojo crítico y sensible ante cualquier tema,
hace falta “pasar de la crítica a la acción”, dijo Elena Poniatowska durante su
charla en el Festival Internacional Cervantino 2016.
La escritora,
Premio Cervantes de Literatura 2013, confesó que le gustaría ser un Quijote,
pero que se identifica más con Sancho Panza: “soy una Sancho Panza femenina”, dijo.
La autora de
libros como “La noche de Tlatelolco” ofreció la ponencia “Sancho Panza, Santo
de mi devoción”.
“Me identifico con Sancho porque también
vivo desde 1953 -cuando se inició en el periodismo- en medio de una muchedumbre
de refranes y palabras”, en ocasiones disparatadas como la vida, que
“se viene a grandes cuchilladas”, afirmó la escritora.
Aclaró que
tiene al Quijote como “una guía de vida”, a quien pedirle “que no la desampare
ni de noche ni de día, porque prefiere al Quijote que a cualquier santo”.
“Me es más
fácil rezarle a él, que a emperadores y pontífices, su figura desocupada y
lectora es más triste que la de los torturados y sangrientos cristos que mueven
al espanto”, expresó la escritora.
Expuso que Don Quijote “nos ha vuelto más entendidos y como lo dice Sancho: las tierras que de
suyo son estériles y secas llenándolas de estiércol y cultivándolas vienen a
dar buenos frutos”.
“En mi caso –añadió-
63 años de palabras ajenas son muchos años y muchas palabras repartidas en
hojas de papel que en el año del terremoto de 1985 se fueron volando por los
aires, rotas y chamuscadas, cortadas en títeres de colores como las serpentinas
de las posadas y las fiestas pueblerinas”.
Eran tres
premios Cervantes los invitados inicialmente a la charla, pero el mexicano
Fernando del Paso y el chileno Jorge Edwards tuvieron que cancelar por
recomendación médica.
La plática dio un giro político cuando, en el Teatro Juárez y junto a Jorge Volpi, la
escritora señaló que es vital “exigir a un gobierno ignorante, sucio, cochinito, que promueva, que sepa que debe apuntalar todas las instancias
culturales de nuestro país; que debe dar educación a todos los jóvenes de este
país, que festivales como éste no pueden ser minimizados”.
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Continuó
diciendo que “la peor
enemiga de las letras es la televisión”,
pues impide pensar y llevar la mente a niveles creativos.“Tenemos que luchar
contra lo que nos evita pensar, contra lo que nos evita sacar conclusiones”, dijo.
Festivales
como el Cervantino “nos hacen felices, son un momento de alegría, de enseñanza.
En vez de que se gaste en cada cosa o que de plano funcionarios se queden con
el dinero del erario y que cada presidente de la República trate al país como
un rancho de su propiedad, que no lo es”, señaló.
Como respuesta a una pregunta del público,
Poniatowska dio su opinión sobre el Nobel de Literatura 2016 concedido a Bob
Dylan: “Todo lo que sea una ampliación de los criterios es
benéfico para todos (…) pero el Nobel volverá a los escritores”, aseguró.