Paula Brindisi o Avril X, como se hace llamar, y sus
amigas gustan de andar desnudas por la ciudad con el objetivo de naturalizar
una imagen que a muchos les sigue pareciendo impúdica, lasciva, reprochable.
“Estoy a favor de anular la mirada perversa”, dice categórica Paula, integrante
del colectivo UrbaNudismo.
Brindisi alcanzó notoriedad en 2004, cuando se atrevió
a cruzar la avenida 9 de julio –“la más ancha del mundo”, se ufanan los
porteños–, donde se encuentra el Obelisco, sin un centímetro de tela cubriendo
su cuerpo. En 2005 lo volvió a hacer en otro punto de la ciudad, y la acción le
costó una causa en la justicia por exhibiciones obscenas. No da muestras de que
el asunto le preocupa porque ahí va de nuevo, en la edición 2016.
Hace un par de días, Paula y tres mujeres más se
pasearon por la zona donde está ubicado el Congreso de la Nación completamente
desnudas, o bien, cubriéndose con alguna prenda transparente. Otras
acompañantes mostraron una camiseta con los senos de Paula impresos en el pecho
y la consigna “Aceptémonos /Ponete
mis tetas”.
El objetivo de la campaña es promover la tolerancia,
la aceptación de la libertad ajena y los derechos de las mujeres. El uso de los
cuerpos es para impactar y crear conciencia alrededor de dos ideas centrales:
“tolerancia y libertad”, según manifestó Paula en un comunicado. Unos diez
fotógrafos acompañaron a las chicas.
“Hemos iniciado una serie de actividades públicas y
privadas para exteriorizar el derecho a ser dueños de nuestros cuerpos y
nuestros pensamientos, reclamar ser aceptados, o solidarizarnos con aquellos a
los que se les cercena esta posibilidad”, aseguró.
La campaña hace énfasis en sucesos recientes
registrados en Argentina, netamente discriminatorios contra la mujer, como la
madre a la que le prohibieron amantar en la vía pública, o la expulsión de una
pareja de mujeres que se besaban en un café del barrio de Recoleta.
“La campaña que llevamos adelante trata sobre la
aceptación de uno y del otro, para quitar el pudor y aceptar la diversidad de
opiniones y de físicos”, señaló.
Paula, que realiza desnudos artísticos para
espectáculos, contó que la “presentación” de hace unos días se prolongó durante
diez minutos hasta que llegó la policía y las retuvo cerca de media hora, lapso
en el que las mujeres permanecieron a la intemperie. “La policía le sacó fotos
a nuestros documentos, se comunicaron con la fiscalía y nos advirtieron que
quizás nos llamaban a declarar por el delito de exhibiciones obscenas”, detalló.
“La recepción de la gente fue muy buena, incluso, cuando
me saqué la ropa, una señora nos dijo ‘gracias por esta florcita’. No hubo
rechazos de nadie, sin embargo, no creo que sea una batalla ganada; falta mucho
camino y el hecho de que se censuren los desnudos, ya sea el de una madre para
dar el pecho a su hijo como los desnudos artísticos te lo demuestra”, expresó
Paula.