El 8 de julio del 2014, un
meteorito alemán se estrelló en el mundo del futbol y reacomodó los
continentes. La capital de la pelota fue destrozada por completo y entonces la
nueva bandera cambió, de amarillo y verde a negro, amarillo y rojo.
Brasil llegó al estadio Mineirao
en Belo Horizonte casi a empujones, con su columna fracturada debido a la
lesión en la espalda de Neymar ante Colombia.
La Canarinha apenas tenía “jogo” nada bonito, pero le había servido para
instalarse en las semifinales de su Mundial.
Pero del otro lado estaban los
extraterrestres alemanes, un conjunto de otro planeta. Ordenado, educado,
potente, dúctil, que jugaba con los ojos cerrados a la máxima velocidad.
Alemania olió la sangre y se
lanzó sobre Brasil con toda la saña y deportivismo incluido. Los alemanes no
podían pelotear con un equipo al que detectaron era inferior a ellos desde
los primeros 20 minutos, en Fair Play absoluto, Alemania despedazó a Brasil con
un 7-1 final para demostrar quién era el nuevo rey de la pelota.
A 730 días del nuevo orden mundial, Brasil no ha cerrado ese capítulo. Si bien se fue Luiz Felipe Scolari
de la dirección técnica, optaron por traer a Dunga, orgulloso capitán de la
Brasil campeona de 1994 pero que como técnico de la verdeamarela presentó un juego más
bien negrogris.
Se reveló que Josep Pep Guardiola quiso entrenar a Brasil pero le dijeron “ahorita no, joven, no
queremos técnicos ganadores”.
Dunga llegó a la Copa América de
Chile del 2015 con 11 partidos sin perder, sin embargo únicamente Argentina y Francia
eran equipos de peligro, después aparecieron México y Colombia. El triunfo
ante Chile se le puede resaltar un poco por ser ahora los actuales campeones de
América.
El resultado es conocido, a
Brasil y Neymar otra vez se le atragantaron los colombianos y un Paraguay nada
espectacular los eliminó del certamen.
En la Copa América Centenario, la
mano de un peruano echó a Brasil de la competencia en fase de grupos, y a Dunga
de la dirección técnica.
Por su parte, Alemania sigue
siendo el rival a vencer en el futbol, aunque los franceses los hayan eliminado
en las semifinales de la Euro 2016.
La realidad es que a dos años de
distancia, los estragos por el meteorito alemán todavía son visibles en Brasil
y cuidado, que Alemania y Brasil podrían encontrarse con sus selecciones Sub 23
en las rondas finales de los Juegos Olímpicos de Río 2016.