El duelo entre La Albiceleste y La Roja es el duelo entre las nuevas potencias americanas de la segunda década del Siglo XXI, es el nuevo clásico del Cono Sur, un partido que gana en intensidad, pasión y buen futbol al Argentina-Brasil, gracias a que los brasileños tienen 10 años dormidos y no se aprecia cuando puedan despertar.
Revisar la final de la Copa América Centenario resulta en un ejercicio pleno de futbol: por un lado, los argentinos, orgullosos ganadores de dos Copas del Mundo que no han levantado un trofeo a nivel selección mayor desde 1993, precisamente cuando se coronaron campeones de América.
Pero más dramático es que los pamperos llegan con el envión de dos derrotas en finales, en dos años seguidos. La cicatriz de la Copa del Mundo 2014 y Copa América 2015, ante Alemania y Chile respectivamente, no ha cerrado y una tercera derrota sería devastadora para sus aficionados y quizá más para Lionel Messi.
Messi, el extraterreste que juega futbol de humanos, tiene marcas impresionantes a nivel de clubes con el Barcelona; si Messi quisiera, podría retirarse hoy, a sus 29 años ,y ver como en 80 inviernos, por lo menos, sus marcas estarían intactas.
Pero Messi carga con el peso de la historia y de sus propios sueños, compite contra sí mismo y las toneladas de traer la 10 que hizo a Maradona un héroe nacional.
Para su fortuna, Lio no ha jugado en solitario en esta Copa, tiene a un equipo que sin ser de leyenda, sí es una plantilla de respeto y con poderío. Argentina toca rápido y busca ganar la espalda de los centrales, los tiros libres de Messi son un arma extra que le dan otra dimensión a la Albiceleste por si el juego se encuentra atascado en la mediacancha.
En la portería está Sergio Romero, el apodado ‘Chiquito’, se ha consolidado como un arquero seguro, sin ser El pato Fillol o Goycochea, Romero aporta confianza en el arco. Ramiro Funes Mori, Nicolás Otamendi cubren la central mientras que Marcos Rojo y Gabriel Mercado las laterales.
En la media izquierda está Éver Banega, por la derecha Augusto Fernández y en el centro el Jefecito, Javier Mascherano, el hombre que grita y organiza.
La delantera es de auténtico peligro, pese a las lesiones de Ángel Di María y ahora de Lavezzi, Argentina tiene en Erik Lamela a un futbolista que puede cubrirlos y generar opciones al ataque para el hombre récord de Italia, Gonzalo Higuaín y Lionel Messi. Por si algo llegara a fallar al frente, Sergio Kun Agûero está listo para buscar los goles, un equipo balanceado.
Los chilenos son los campeones actuales, que no es poca cosa, La Roja es un monstruo que fue creado por Marcelo Bielsa, desarrollado por Jorge Sanpaoli y ahora alimentad por Juan Antonio Pizzi.
Chile tiene un juego vertical, agresivo, es una especie de futbol total sudamericano. Todos atacan y se defiende desde la delantera, pero el gran motor del cuadro chileno es Arturo Vidal, El Rey Vidal corre kilómetros adelante y atrás, por si fuera poco tiene un disparo a gol de miedo, uno de los mejores mediocampistas del orbe.
En la puerta chilena está el mejor portero del último torneo español, Claudio Bravo. Arquero con seguridad en manos y que cubre bien los tres postes. Gonzalo Jara y Gary Medel son los centrales, Jean Beausejour y José Fuenzalida los laterales, Fuenzalida tiene gol, por lo que es más peligroso todavía.
De media cancha hacia adelante Chile es agresivo como una especie de Mike Tyson del futbol. Mauricio Isla, Francisco Silva, Charles Aránguiz, Pedro Pablo Hernández, Eduardo Vargas y Alexis Sánchez corren por todo el campo y tiran rectos devastadores con sus pases verticales y al espacio.
Los números del Argentina- Chile nos señalan que son dos máquinas ofensivas, Argentina marcó 18 goles y Chile 16, Argentina completó más pases con 2 mil 655 a cambio de los 2 mil 476 de Chile, pero La Roja tira más al arco, lo hizo en 71 ocasiones por 60 de Argentina.
En Copa América, Chile nunca le ha ganado a Argentina, se han enfrentado en 26 ocasiones, con 19 triunfos pamperos y 7 empates, incluído el juego inicial de ambos en la Copa América Centenario que ganó Argentina 2-1.