“Vivo, sólo porque está en mi poder elegir morir cuando
quiera; sin la idea del suicidio ya me hubiera matado hace mucho tiempo”,
aforismo del filósofo rumano Emile Ciorán, quien sentó las bases del nihilismo
radical, corriente de pensamiento que propone que la existencia es
absolutamente insostenible.
Silogismos de la
amargura (1952), La tentación
de existir (1956), La caída en el
tiempo (1964), Del inconveniente de
haber nacido (1973), son algunos de los títulos de sus obras como
ensayista, que muestran claramente que el autor no gozaba de escribir sobre las
cosas bellas de la vida, ni sobre las bondades humanas, por el contrario,
hablaba especialmente con decepción e ironía sobre un mundo que era a sus ojos desesperanzador.
El escritor pasó gran parte de su vida en París, en donde su
obra logró escandalizar a la sociedad francesa de aquel tiempo, pues con el uso
de aforismos y paradojas, criticó fuertemente ideologías, religiones y
filosofías que a su pensar justificaban el despreciable comportamiento humano.
Ciorán fue muy polémico, no sólo por sus formas expresivas
en que destacaba la naturaleza maligna de la humanidad, sino también porque en
1946 renunció a su nacionalidad para designarse apátrida y luego adoptar el
francés como única lengua de expresión, de ahí la importancia de Breviario de podredumbre (1949), su
primera publicación en dicho idioma.
Se autonombró “pensador orgánico”, ya que consideraba que
las experiencias físicas y de conocimiento lo moldeaban y que él era un ser
humano libre. Nació el 8 de abril de 1911 en Rumania, vivió en Alemania un
largo periodo para trabajar como profesor; posteriormente se mudó a París,
donde falleció un 20 de junio de 1995.