Chihuahua, Chih.- La
creciente urbanización al Oeste de la ciudad de Chihuahua, más allá
del Periférico de la Juventud, ha generado un problema de riesgo
para la población, ya que es una zona con recargas de acuíferos y
escurrimientos importantes.
Guillermo
Iván Hinojos Mendoza, director de “Ases” ecología y servicios
sustentables, así lo señala y explica que “los planificadores en
ocasiones no toman en cuenta que si se establece una zona
habitacional en una parte media de pendientes y se trata de canalizar
un arroyo en ocasiones sólo se le da el flujo de volumen de
canalización del mismo, pero se olvida que todos los alrededores ya
se impermeabilizaron y todo ese escurrimiento va a parar al arroyo,
por lo que, el volumen de gasto que se dio será insuficiente”.
Lo
anterior, agrega, redunda en que “toda el agua que escurre llega al
Periférico de la Juventud que con una mínima lluvia que se
presente, se inunda, se vuelve inaccesible, el tráfico se dificulta
y se presentan incidentes viales. Todo eso por no tomar en cuenta las
condiciones naturales de infiltración”.
Hinojos
Mendoza, quien ha colaborado en la elaboración del Atlas de Riesgos
de la capital y de otras ciudades como Delicias, Ojinaga, Parral y
Cuauhtémoc, indicó que en ocasiones, particularmente en el punto
mencionado, “se toma en cuenta el escurrimiento del agua, pero se
deja de lado que las áreas que ya se urbanizaron pierden su
capacidad de infiltrado; queremos canalizar la misma agua que el
arroyo llevaba pero se nos olvida que el agua que se infiltraba ahora
va a escurrir y al no tener el arroyo un gasto suficiente, eso se
convierte en un riesgo de inundación, genera exposición para
algunas personas, provoca accidentes, etcétera.
El
problema es que la mancha urbana sigue creciendo en aquel sector y no
se toman en cuenta esas cosas que sí están consideradas en el Atlas
de Riesgos de la capital”.
El
entrevistado agrega que Chihuahua es una ciudad muy grande y muy
compleja que presenta áreas con muy alto riesgo y en esas se
recomienda reubicar las poblaciones y en otras hacer obras de
mitigación de riesgo, como es el encauzamiento de arroyos, la
canalización o embovedamiento del mismo, así como obras de
retención de flujos y velocidades en las partes altas de la cuenca.
“En
Chihuahua las inundaciones son un riesgo importante, la ciudad se
asentó en una zona con una complejidad de la red hidrológica muy
grande; se han corregido algunos problemas de planificación, sin
embargo, originalmente faltó un poco de planeación en ese sentido y
por eso tenemos algunas áreas con muchos anegamientos e
inundaciones”.
Eventos
hidrometeorológicos,riesgo
principal del estado
Los
eventos hidrometeorológicos, heladas extremas, e inundaciones, son
los riesgos principales en el estado de Chihuahua, ya que en cortos
períodos de tiempo se presentan lluvias intensas y, en casos como
Ojinaga, hay áreas muy vulnerables a la sequía prolongada, señala
Guillermo Hinojos.
De
lo anterior, dice, se desprende la importancia de contar con un Atlas
de Riesgos que “es un documento de política pública que permite
determinar el nivel de riesgo al que se encuentra expuesta la
población ante los peligros naturales como inundaciones, movimientos
de tierra, riesgos geológicos, químico-tecnológicos,
socio-organizativos y sanitarios y en algunos casos riesgos
antropogénicos”.
Agrega
que al momento de elaborar dicho documento, se realiza un diagnóstico
general del territorio, se establecen los principales riesgos que
existen y se contrastan contra el nivel de exposición que tiene la
población y con ello se establecen políticas públicas para evitar
desastres.
El
trabajo, dice, se lleva entre 4 y 6 meses y a partir del diagnóstico
se establece primero el nivel de vulnerabilidad y se proponen medidas
de mitigación del riesgo.
“Se
convierte en documento de política pública de planeación
territorial y ayuda a integrarse en los planes de desarrollo urbano.
Cuando va a realizarse una actividad de urbanización se toma en
cuenta y es útil, por ejemplo, para decidir la densidad de población
en ese punto dependiendo de la existencia y el tipo de riesgo que
haya”.
Para
su elaboración, señala, se requiere un equipo multidisciplinario
que incluye ingenieros en planeación territorial, ingenieros en
ecología, especialistas en ordenamiento territorial y sistemas de
ordenación geográfica, geólogos, biólogos e hidrólogos.