El “papa adjunto” será citado a declarar ante una corte vaticana que atiende el juicio por el robo de documentos papales confidenciales, la primera vez que un funcionario de alto rango aparecerá en un juicio público dentro de la ciudad-estado. La abogada de Francesca Chaouqui, ex consultora de relaciones públicas para una comisión reformista del Vaticano, pidió que el secretario de estado, cardenal Pietro Parolin, y otros dos prelados de alto rango del Vaticano se presenten ante la corte.
Parolin, quien a veces es conocido como el papa adjunto, solo está debajo del Papa Francisco en la jerarquía del Vaticano, el cual gobierna la iglesia católica romana mundial.
Cinco personas están acusadas en el caso, el cual se centra en la publicación el mes pasado de libros basados en documentos filtrados que pintan un Vaticano plagado por la codicia y los tejemanejes y donde el papa enfrenta una resistencia dura a su agenda reformista.
El Vaticano criminalizó la divulgación de documentos oficiales en 2013 después de un escándalo aparte de filtraciones, que los medios de comunicación llamaron “Vatileaks” y que precedió a la renuncia del Papa Benedicto ese año.
La fiscalía en el juicio actual ha objetado la solicitud de que Parolin declare, pero el panel de tres jueces no clericales falló a favor de la defensa.
La abogada de Chaouqui, Laura Sgro, sugirió que los tres funcionarios del Vaticano podrían servir como testigos de conducta para su cliente.
La corte rechazó la contención de Chaouqui de que no tenía jurisdicción sobre ella porque es ciudadana italiana, así como el argumento de su abogada de que su clienta era “una refugiada política” en Italia.
La corte determinó que tenía jurisdicción sobre Chaouqui porque ella trabajó una vez para el Vaticano.
Chaouqui y otro acusado clave, el español monseñor Ángel Lucio Vallejo Balda, fueron parte de una comisión ahora desaparecida nombrada por el papa para asesorarlo en la reforma económica y burocrática.
Periodistas escribieron libros basados en las filtraciones
Otros dos acusados, los periodistas Gianluigi Nuzzi y Emiliano Fittipaldi, el mes pasado publicaron libros basados en los documentos filtrados, los cuales, dicen funcionarios del Vaticano, les fueron entregados por Chaouqui, Balda y su asistente, Nicola Maio.
“No le di ningún papel a nadie, puedo ir a juicio con toda calma”, dijo Chaouqui a los reporteros cuando entró a la corte el lunes.
El juicio, que empezó el 24 de noviembre y que los medios de comunicación han llamado “Vatileaks II”, fue aplazado hasta próximo aviso.
Chaouqui y Balda ni siquiera intercambiaron miradas en la sala diminuta durante la sesión de dos horas el lunes.
Los detalles de su relación turbulenta han provocado un escándalo entre los medios de comunicación en semanas recientes. “Eres un gusano, eres basura”, fue uno de los mensajes que Chaouqui le envió a Balda, reportó el periódico La Repubblica.
El periódico también publicó lo que dijo que eran extractos de una declaración que Balda había dado, en la cual detalló sus nexos cercanos con Chaouqui.
Los acusados enfrentan sentencias de hasta ocho años en prisión, pero expertos legales dicen que los dos periodistas no tenían probabilidades de ser encarcelados en la pequeña prisión del Vaticano, la cual rara vez se usa, y probablemente reciban sentencias suspendidas, a lo más.