RECIBIR PREMIOS, competir con películas en la pantalla grande e, incluso, pensar en llevar mano en los Premios Oscar es uno de los principales retos que tienen hoy servicios como Netflix, que comenzaron siendo distribuidores de contenido, startups de OTT (Over-the-top content), transmisión de video por internet, y ahora se han convertido en productores de excelente contenido.
Beasts of No Nation, una producción de Netflix que costó aproximadamente 12 millones de dólares, fue puesta en escena simultáneamente en la pantalla grande y pantalla chica en línea; esta propuesta pretende competir por un Oscar y así posicionarse como uno de los servicios favoritos de los consumidores de televisión por internet.
Actualmente las maquiladoras de televisores se han dado a la tarea de crear mejores equipos con la mejor tecnología para conexiones wifi y las destacadas plataformas de software para recibir servicios como Netflix, Claro TV y HBO, que proveen de contenido de video en línea. Lo que ha comenzado a volverse tendencia es que en muchos hogares se encienden los televisores sin sintonizar ningún canal o sin conectarse a un servicio de cable, simplemente se conectan directo al servicio “On Demand”, con el cual el usuario puede disfrutar de sus películas y series favoritas en el momento que lo decida. “Nuestro éxito no se mide en las primeras horas o semanas, apostamos a que los usuarios tengan siempre algo que ver”, comenta Kari Pérez, gerente de Comunicaciones de Netflix.
Volviendo a los 12 millones de dólares de inversión que no ha recuperado Netflix, podríamos entender que su visión no está necesariamente enfocada en competir con las productoras por las taquillas de la pantalla grande; su meta, más bien, es encabezar uno de los servicios más solicitados en los hogares. Una estatuilla de la Academia podría detonar un crecimiento exponencial de lo ya obtenido por esta empresa de tecnología que ha trabajado mucho en los últimos años en la creación de contenidos propios.
Comenzar una nueva racha de premios, posicionar sus programas mundialmente y seguir ganando terreno es uno de los mayores desafíos para estos servicios. Podríamos decir que Netflix lleva la delantera con series propias como House of Cards y Narcos,con las cuales se ha posicionado como un creador y no un simple distribuidor de contenidos. Incluso, hay televisoras o servicios por cable que transmiten las series y programas producidos por Netflix, como la exitosa House of Cards. Las producciones originales de Netflix son un gran negocio para atraer más y más clientes, que se suman a sus ya 65 millones de usuarios: 42 millones en Estados Unidos y 23 millones en los demás países, de los cuales, nos aventuramos a asegurar, por lo menos 10 millones son de América Latina. Con los estrenos de Club de Cuervos y Narcos, series originales, se aseguraron de llegar a todos los usuarios globales sin necesidad de retrasar el lanzamiento en ningún país. “En la gran mayoría de nuestras series originales ya están los acuerdos para que se transmitan a escala global”, comentan en Netflix.
Por su parte, Amazon, con su servicio Amazon Prime, ya también ha puesto mano en producciones similares, así como contratos para la realización de series propias con directores de la talla de Woody Allen. HBO, de Time Warner, gracias a sus producciones ya bien conocidas como Game of Thrones, Los Sopranosy Hermanos de sangre, es un canal que se ha convertido en servicio OTT con HBO “On Demand” listo para dar un paso adelante en la lucha por posicionar en la primera plana sus producciones originales.
VENTAJAS BASADAS EN LA TECNOLOGÍA
La facilidad que la tecnología brinda mediante el uso de internet ha aventajado a las startups gracias a que permite rastrear los gustos de sus usuarios, sus inclinaciones y las tendencias del momento. Por ejemplo, empresas como Facebook y Google obtienen muy fácilmente las simpatías de sus usuarios y con ello pueden ofrecer publicidad enfocada y bien dirigida al target que se busca. De un modo muy parecido actúan los sistemas de contenido en línea, ya que al tener el perfil del usuario conocen todos sus gustos, sus programas preferidos, sus tiempos de consumo y más, solamente que en lugar de utilizarlo para publicidad, lo usan como base para trabajar en crear contenido, series a distribuir y qué directores reclutar.
Aunque esto no significa que la fórmula vaya a ser exitosa, es una ventaja muy certera que sólo la internet puede brindar, y que está a la mano de estas empresas de tecnología.
SON LEGALES
El pago de impuestos necesarios en los países y los derechos de cada serie y película legitiman a estas empresas para la distribución en línea de toda la programación que encontramos. Esto no significa que la legalidad desestime la competitividad con servicios de cable o televisión de paga que pagan impuestos, derechos e infraestructura en los diferentes países. Es decir, un servicio “On Demand” basa su logística en servidores y oficinas corporativas y de ahí distribuye sus servicios sirviéndose de infraestructuras, ajenas como es el de las telecomunicaciones y el de proveedores de internet de cada país; en contraparte, los proveedores de televisión por cable tienen que proveer de infraestructura desde el punto de partida de recepción de la señal hasta cada dispositivo del cliente.
El hecho de que estas compañías de distribución de contenido por internet puedan transmitir simultáneamente estrenos de películas en todos los países también puede llegar a ser considerado competencia desleal por las distribuidoras de la pantalla grande e implica retar los pactos de los tiempos de distribución por país y medios.
La internet ha creado grandes oportunidades y grandes negocios a través de startups que han sabido sacar provecho de la transmisión de datos hasta la transmisión de video, como en este caso, mediante el uso del IPTV (Internet Protocol Television). La tecnología en muchos casos puede atentar contra las reglas ya establecidas, la mano de obra y los medios tradicionales; pero también se sabe que es un medio para impulsar la innovación, crecimiento y comodidad. Siempre será un reto de las instancias reguladoras estar al día y contemplar todos estos avances que crecen a pasos agigantados, pues oponerse a sus bondades sería una pena para cualquier industria; dar apertura a las startups tecnológicas en el cine mejoraría a la industria y contenido.