Leyes discriminatorias con respecto a la nacionalidad y conflictos como la guerra civil en Siria significan que, cada 10 minutos, nace un niño sin nacionalidad oficial, de acuerdo con un nuevo informe publicado por el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
En el informe se pide que a los niños en peligro de quedarse sin nacionalidad se les conceda la nacionalidad del país en el que nacieron, así como la reforma de leyes que actualmente evitan que las madres hereden su nacionalidad a sus hijos en igualdad con los padres.
Según la definición legal, una persona sin nacionalidad es aquella que no es considerada ciudadana legalmente por ningún estado. Algunos ejemplos contemporáneos de grupos sin nacionalidad son los rohingya de Myanmar, los bidun de Kuwait y los kurdos sirios. El ACNUR calculó que hay al menos 10 millones personas sin nacionalidad en todo el mundo, y más de 680,000 de ellas viven en Europa.
Los niños adquieren la nacionalidad ya sea al nacer en un país que concede la nacionalidad a las personas que nacen en su territorio, o al recibir la nacionalidad de sus padres. Sin embargo, en países como Siria, las leyes de nacionalidad discriminatorias según el género significan que los niños sólo pueden adquirir la nacionalidad a través de sus padres y no de sus madres.
El conflicto civil en Siria, que ha durado ya cuatro años, ha producido más de cuatro millones de refugiados, y en el informe se indica que 25 por ciento de las familias de refugiados sirios se habían quedado sin padre, lo que significa que una partida de nacimiento es el único medio de verificar la nacionalidad de un niño. En Europa, las principales causas de la carencia de nacionalidad son, entre otras, la disolución de la Unión Soviética en 1991 y la división de Yugoslavia. El ACNUR calcula que había más de 267,000 personas sin nacionalidad en Letonia y 91,000 en Estonia a finales de 2013. Entre los miembros de la Unión Europea, cuatro países (Chipre, Estonia, Malta y Polonia) no han accedido aún a la convención de 1954 que se relaciona con el estado de las personas sin nacionalidad, ofreciéndoles un conjunto mínimo de derechos humanos, entre ellos, el derecho a la educación, al empleo y al alojamiento.
En el informe del ACNUR, en el que se encontró que cada año nacen 70,000 niños sin nacionalidad, también se describen las consecuencias negativas de carecer de nacionalidad, como el acceso limitado a la educación y las barreras para encontrar el empleo. En el informe se encontró que más de 30 países exigen pruebas de nacionalidad antes de proporcionar un tratamiento de salud, y que en 20 países, los niños sin nacionalidad no pueden ser vacunados legalmente.
En un informe publicado en marzo por la organización sin fines de lucro Refugees International se descubrió que más de 60,000 bebés habían nacido de refugiados sirios en Turquía y están en el riesgo de carecer de nacionalidad, ya que Turquía no proporciona la nacionalidad por el solo hecho de que un niño nazca su territorio.
El ACNUR ha establecido el objetivo de terminar con la carencia de nacionalidad en 2024. El informe, para cuya realización se realizaron entrevistas con más de 250 personas en siete países, será presentado el martes en las oficinas centrales de NU en Nueva York.
El Alto Comisionado para los Refugiados, Antonio Guterres, dijo, “En el poco tiempo en que los niños son niños, la carencia de nacionalidad puede generarles graves problemas que los perseguirán durante toda su infancia y los sentenciarán a una vida de discriminación, frustración y desesperación.”
Chris Nash, director de la Red Europea sobre la Carencia de Nacionalidad, una alianza de la sociedad civil con 103 miembros en 39 países, dice que Europa debe liderar los esfuerzos para erradicar el problema. “Los estados europeos deben hacer mucho más para reforzar sus leyes de nacionalidad”, dice Nash. “Desafortunadamente, la realidad es que, por el momento, muchos miles de niños, incluso en Europa, nacen y crecen sin nacionalidad.”