Al menos 15 reos implicados en secuestros, homicidios y asalto agravado –dos considerados de alta peligrosidad– se han fugado, desde 2012, de los Centros de Reinserción Social (Cereso) y las cárceles distritales de Hidalgo. Cuatro de ellos siguen prófugos.
El último escape –por el cual se inició, según el secretario de Seguridad Pública del estado, Alfredo Ahedo Mayorga, una investigación contra mandos penitenciarios sin que ésta arrojara resultados ocurrió el 30 de abril de 2014, cuando los internos Celso Vargas Vargas y Jorge Alberto Contreras Aguirre, ambos de 28 años de edad, saltaron una de las bardas del Cereso de Tulancingo. Tras un operativo de búsqueda fueron recapturados.
Celso Vargas, originario de Acaxochitlán, está recluido por violación; mientras que José Contreras, de Tuxtepec, Oaxaca, por secuestro y asalto agravado.
Días antes, el 3 de marzo de 2014, en el mismo Cereso de Tulancingo, siete internos –seis acusados de secuestro– habían lograron escapar tras someter con un cuchillo al conductor de un camión de basura, el cual utilizaron para tirar uno de los portones del penal.
Seis fueron recapturados (Julio Pérez Molina, Rogelio Romero López, Oscar Guzmán López, José Bazán Pérez, Érick González Vázquez, y Aldo Cruz Caballero), mientras que uno, Leopoldo Solís Pérez, de 20 años en ese entonces, continúa prófugo.
De la cárcel distrital de Atotonilco El Grande huyeron, el 22 de noviembre de 2013, tres reos: Agustín Garcés Cruz, de 45 años, procesado por el delito de robo; Carlos Roldán, de 30, por secuestro, y Geu Solís, de 19 años, por asalto y hurto. Según el reporte policial, los tres, originarios de San Bartolo Tutotepec, salieron por la puerta principal del penal luego de una distracción de los celadores; afuera los esperaba un automóvil.
Esa noche las autoridades encontraron el vehículo abandonado en Huasca, pero tardaron nueve meses para atrapar, el 12 de octubre de 2014, en Santiago Tulantepec, a Geu Solís Araiza, también identificado como Ezequiel Huerta Solís.
Ahí supieron, tras investigaciones, que Solís fungía como jefe de plaza de una célula del crimen organizado y tenía bajo su mando a dos sicarios, dos escoltas y cuatro halcones.
A Carlos Roldán Velázquez El Negro, considerado un reo de alta peligrosidad, lo recapturaron el 29 de enero de 2015, un año dos meses después de la huida, pero en Tlaxcala.
Mientras que Agustín Garcés Cruz, quien estaba procesado por robo, sigue prófugo.
El 15 de marzo de 2012 también se fugó José Refugio Balderas Álvarez del Cereso de Ixmiquilpan -un inmueble improvisado en la presidencia municipal, que albergaba a 121 reos y sólo contaba con 11 custodios- procesado por asalto y robo.
Refugio, originario del Estado de México, había sido segregado en dos ocasiones debido su mala conducta por agresividad.
Definido por las autoridades como reo de alta peligrosidad, presuntamente escaló una de las paredes del Cereso para poderse fugar, aunque igualmente se siguió una línea de investigación por probable complicidad de los custodios.
El 18 de marzo de ese año, tres reos del penal de Pachuca: Joaquín Islas Godínez, Giovanni Zoloeta y Víctor Hernández Hernández, procesados por probable secuestro, se escaparon la madrugada al, presuntamente, saltar la barda.
El 22 de abril de 2012, policías de Veracruz detuvieron a Giovanni Zoloeta, en Misantla, cuando intentaba obtener dinero de un familiar. Tres días después, el 25 de abril, Víctor Hernández fue recapturado en la Ciudad de México. Joaquín Islas fue detenido tras un operativo el 31 de diciembre de 2013.