Rancho
el Uno, Mpio. de Janos Chih.–
La reproducción de bisontes, popularmente conocidos como búfalos,
se ha triplicado en poco más de seis años. En los últimos días
han nacido 10 crías y esperan que en el transcurso del presente mes
nazcan otras tantas, a fin de reintroducirlo en México, informó el
gerente de la reserva nacional protegida, “La conservación de la
naturaleza”, Antonio Esquer Robles.
De
una población de 23 con la que se empezó hace seis años, a fin de
recuperar la especie en México, se cuenta ahora con 76 animales en
la reserva ubicada en el Rancho el Uno, de la The Natura Conservance
y Conservación de la Naturaleza (TNC por sus siglas en inglés),
misma que destina 2 mil hectáreas para este fin, de las 18 mil 500
de la reserva.
Aunque
la reserva pertenece a una asociación internacional, es parte de la
Reserva de la Biósfera en México, explica Esquer Robles, quien
resalta que el bisonte, es sólo una pequeña parte de las
estrategias de todo un programa de rescate de pastizales, el cual es
una especie clave para la conservación de pastos por su importante
función en la naturaleza.
El
bisonte, se encuentra en peligro de extinción en México, informa
Carlos Morales, responsable de Vida y Fauna Silvestre de la
Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat).
De
acuerdo con el Programa de Acción Para la Conservación de la
Especie, publicado por la Comisión Nacional de Zonas Nacionales
Protegidas (Conanp), el bisonte existió desde tiempos prehispánicos
hasta principios de 1800, fue en la década de 1920 cuando llegaron
de nuevo a Janos.
Los
registros más antiguos del bisonte en México son de 150 mil años,
según evidencia encontrada en dos molares y una falange en el Rancho
La Brisca, Sonora.
El
área histórica ocupada por los bisontes se extendía desde Alaska
hasta el Norte de México y desde Nueva York hasta California,
ocupando aproximadamente 9.4 millones de kilómetros cuadrados, en
México se distribuía desde Zacatecas y Durango hasta Coahuila,
Chihuahua y Sonora.
Aunque
no hay un censo de la población de bisonte en México, se sabe que
en algunos ranchos ganaderos particulares cuentan con algunos
ejemplares, desde uno hasta 30, comenta Esquer Robles, en tanto que
la Conanp reporta alrededor de 130 individuos en el estado.
En
Canadá y Estados Unidos se inició mucho antes que en México, un
programa de reintroducción de la especie y actualmente cuentan con
una población que rebasa el millón de animales que habitan y se
mueven libremente entre Canadá y Montana, Dakota, Illinois,
Nebraska, Kansas, Oklahoma, Colorado, Nuevo México, Texas, Arizona y
Misuri, en tanto que en México no llegan ni a 500 los ejemplares de
todo el país.
CAUSAS
DEL RIESGO DE EXTINCIÓN
La
población de bisonte en México se fue al peligro de la extinción
por varias razones, entre ellas, la llegada de los europeos que al
eliminar uno de los principales alimentos de los indígenas de la
región, tenían el control sobre ellos, la entrada del ferrocarril y
la apertura de tierras agrícolas, según la Conanp y la reserva The
Natura Conservance, entre otras causas.
Las
amenazas actuales, según la Conanp, es la expansión ilegal de
tierras agrícolas, la cacería furtiva, la construcción del “muro
fronterizo”, que impide parcialmente el movimiento norte-sur de los
bisontes, lo que es particularmente grave ya que la población pasa
más tiempo en Estados Unidos que en México.
Se
considera que de no llevar a cabo medidas de manejo y conservación
urgentes, esta población desaparecerá del país. Por esta razón se
hace necesario que el Gobierno de México negocie con el de Estados
para que existan sitios de paso, no sólo de los bisontes, sino de
fauna silvestre en general para asegurar su permanencia en ambos
países.
Debido
a que el bisonte ha estado ausente por más de dos siglos de la mayor
parte del Norte de México, la recuperación de su papel ecológico
es una prioridad para la conservación de la diversidad biológica de
los pastizales.
EFECTOS
DE LOS BISONTES EN EL ECOSISTEMA
Los
bisontes son considerados una especie ecológicamente clave, ya que
ayudan a mantener la heterogeneidad ambiental y, por ende, la
diversidad en las praderas a través de actividades como el pastoreo
selectivo, la dispersión de semillas, formación de revolcaderos,
redistribución de nutrientes por la orina y cadáveres, el pisoteo,
y la frotación de sus cuerpos y cuernos con árboles y arbustos.
Generan
hábitat adecuado para aves de pastizal, proveen de alimento a
carroñeros, modifican los regímenes de fuego y dañan la vegetación
leñosa favoreciendo la permanencia del pastizal, al pastar, reducen
la altura de la vegetación, lo que permite la colonización y
establecimiento de colonias del perrito llanero.