Viernes 1 de mayo. Dos helicópteros de la Fuerza Aérea Mexicana (FAM) y otros dos de la Policía Federal realizan un sobrevuelo de reconocimiento en la zona boscosa que se encuentra entre las poblaciones Villa Purificación y Casimiro Castillo, en Jalisco.
Desde un convoy de seis camionetas, por medio de un lanzacohetes ruso RPG, son disparados varios proyectiles. Dos impactan en una de las aeronaves y la derriban. Se trata de un Cougar Mat 1009 de la FAM que cae envuelto en llamas. Seis militares mueren. Dos más corren la misma suerte unos días después.
Aunque los titulares del gabinete de seguridad se han negado a reconocerlo, fuentes de primer nivel lo dicen en corto: en ese convoy viajaba Nemesio Oseguera Cervantes, elMencho, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).
En cuestión de minutos, el grupo criminal mostró por qué es hoy el más rico y poderoso del país. Con decenas de sus militantes desplegados estratégicamente, sembró el terror.
Bloqueó avenidas principales con autos y autobuses a los que luego prendió fuego en 39 puntos del estado; atacó bancos, gasolineras y tiendas, además de que mantuvo cuatro enfrentamientos directos con las fuerzas de seguridad, lo que obligó a que se activara el “código rojo”.
La espiral de violencia se reprodujo, aunque con menor intensidad, en Colima, Michoacán y Guanajuato. Durante siete horas, el CJNG demostró su poderío y lanzó al Estado mexicano el desafío más grande del que se tenga memoria en los tiempos recientes.
Los nexos asiáticos
Agencias de seguridad global como International Crisis Group y Stratford advertían desde 2013 que el CJNG dejó de ser una organización criminal local para convertirse en una de carácter regional, consolidada y con poder para pelear territorios a escala nacional.
En el InformeJalisco: más allá de la guerra de las drogas, publicado en 2012 por especialistas como Héctor Aguilar Camín, Eduardo Guerrero, Alejandro Madrazo, Andrés Lajous, Jorge Hernández Tinajero, Joel Chávez y Dante Haro, se retratan las causas que llevaron al CJNG a cobrar dicha importancia.
En él se explica que su surgimiento se remonta a las fracturas internas en el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Milenio. La muerte de IgnacioNacho Coronel en Guadalajara, en 2010, le permitió crecer exponencialmente y tomar el control de la producción de metanfetaminas en la región.
En sólo cinco años desplazó a Los Caballeros Templarios en el control del sur de Michoacán. Desplazó a Los Zetas del norte de Jalisco y de una parte de Zacatecas. Además logró arrebatar el mercado de drogas sintéticas a grupos más grandes y antiguos como la Federación de Sinaloa.
¿Cómo lo hizo? Reclutó a expertos en finanzas y químicos encargados de diseñar nuevas mezclas para fabricar ese tipo de drogas. Se trata de gente que no tiene antecedentes criminales y que no provienen de familias vinculadas con la delincuencia. Algunos tienen incluso visa estadounidense, lo que les facilita movilizarse en diferentes mercados.
Y eso es precisamente lo que ha hecho, por ejemplo, en países asiáticos como Japón. Mi compañero Jorge Fernández Menéndez escribió un texto(Jalisco Nueva Generación, la conexión japonesa) donde detalla que los cárteles mexicanos han tenido históricamente nexos con grupos criminales asiáticos, como la Yakuza japonesa.
El CJNG envía cocaína en cargas pequeñas por medio de personas, con lo que evita controles y disminuye pérdidas. Un gramo de cocaína se cotiza en ese país en 700 dólares, unos 10 700 pesos. Una vez que la droga llega a territorio japonés, la Yakuza se encarga de la distribución.
Los japoneses pagan los cargamentos con grandes cantidades de precursores químicos, obligando a empresas de todo el mundo para que hagan importaciones a México, en operaciones de lavado de dinero.
Y no sólo eso. El general Kenneth E. Tovo, comandante del Ejército de Estados Unidos del Comando Sur, denunció que algunos simpatizantes del grupo extremista Hezbolá en América Latina, utilizan al CJNG, entre otras organizaciones, para el blanqueo.
Según el militar, el grupo extremista libanés ha visto la región como un campo potencial de ataque en contra de Israel y otros objetivos occidentales.
De ahí que, el pasado 8 de abril, Estados Unidos incluyó en la lista de los narcotraficantes más buscados alMencho y su cuñado, Abigael González Valencia, operador financiero del CJNG y quien encabeza a Los Cuinis, organización criminal que es su aliada.
Este último se encuentra actualmente en el Centro Federal de Readaptación Social (Cefereso) número 1, en cumplimiento a una orden de detención provisional con fines de extradición a la Unión Americana.
El líder de Los Cuinis fue capturado el pasado 28 de febrero, durante un operativo realizado por elementos de la Secretaría de Marina (Semar), en Puerto Vallarta, Jalisco.
Repensar la estrategia
La espiral de violencia atribuida a este grupo inició el 21 de septiembre de 2011, cuando abandonó 35 cadáveres en la avenida principal de Boca del Río, Veracruz, como un mensaje a Los Zetas. Desde entonces, no la ha detenido.
Secuestró y ejecutó al diputado priista Gabriel Gómez Michel el 23 de septiembre de 2014. El 19 de marzo de este año, mató a cinco agentes de Ocotlán. Y el 7 de abril emboscó un convoy policial y ejecutó a 15 agentes.
Su arsenal incluye los lanzacohetes RPG como el usado para derribar al helicóptero de la FAM, además de fusiles de asalto R15 (arma reglamentaria del Ejército de Estados Unidos), AK-47, fusiles Galil de fabricación israelí, ametralladoras Uzi, lanzagranadas así como granadas de fragmentación.
Las autoridades descubrieron en Jalisco fábricas clandestinas de fusiles AR-15 versión Carabina M4, que originalmente son armadas por la empresa estadounidense Colt, por lo que este sería el primer caso en que un cártel tiene abastecimiento directo de armas de asalto.
Tras la afrenta al gobierno y a la sociedad mexicana a inicios de este mes, el gobierno federal tiene la obligación de replantear la estrategia. Desde el fatídico sexenio de Felipe Calderón, las fuerzas de seguridad se dedicaron a romper la estructura a las grandes mafias del narcotráfico y del crimen organizado.
En continuidad a su antecesora, la administración de Enrique Peña Nieto presume la captura de “objetivos prioritarios”, pero esta lucha ha provocado una fragmentación de estas organizaciones criminales y la multiplicación del terror. Células ultraviolentas se están reproduciendo en Tamaulipas, Michoacán, Guerrero y, ahora, en Jalisco.
Esa violencia, que no se ha ido, que siempre estuvo ahí, ha vuelto a poner en jaque al país. ¿Estará el gobierno a la altura de responder a este grosero desafío?