Los españoles enviaron una seria advertencia a los políticos tradicionales, abriendo las puertas de Barcelona y Madrid a los ‘indignados’, en elecciones locales, donde los conservadores pueden perder un buen número de regiones y la formación de izquierda radical Podemos confirma su irrupción.
A seis meses de las elecciones generales, los españoles han evidenciado su hartazgo por la crisis, los recortes y los escándalos de corrupción, que no ha borrado la incipiente recuperación económica que la derecha exhibe como su gran logro.
En Barcelona, la lista liderada por la activista antidesahucios Ada Colau, Barcelona en Común, superó con 11 concejales a los 10 del alcalde nacionalista conservador saliente Xavier Trias.
A diez concejales de la mayoría absoluta, Colau empieza ahora una “ronda de negociaciones de forma transparente” con fuerzas de izquierda para logra un apoyo estable.
La búsqueda de pactos se repetirá en Madrid, donde la exjueza Manuela Carmena con Ahora Madrid, en la que se integró Podemos, fue la segunda fuerza más votada con 20 concejales por detrás de los 21 del Partido Popular (PP) y podría gobernar si los socialistas la apoyan con sus nueve ediles. Ciudadanos, la otra gran fuerza emergente de centro-derecha, fue cuarto con siete concejales.
Hacer las cosas de otra manera
“Puede convencer a mucha gente que tiene miedo de los cambios que es posible hacer cosas de otra manera”, afirmaba Isabel Fernández López, otra manifestante de 51 años.
Por la noche, los partidarios de Carmena, de 71 años, festejaron su victoria en la capital española, que la derecha dirigía desde hace 23 años y que en 2011 presenció el nacimiento del movimiento de los ‘indignados’.
“Por fin esta ciudad va a dejar de estar triste”, afirmaba Nacho López, de 38 años.
Pero, tras tocar el cielo, estos ‘indignados’ tendrán que bajar a la tierra de los pactos que deberán seguir a estos resultados.
El secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, cuya formación obtuvo un 25% de sufragios a nivel nacional, aseguró que los españoles han mostrado que quieren girar a la izquierda abriendo su partido a “articular gobiernos progresistas en el conjunto de comunidades autónomas y ayuntamientos para un cambio seguro”.
Más cercanía
“Vamos a perder el gobierno de comunidades autónomas que son muy importantes para nosotros y no sólo comunidades autónomas sino también en capitales de provincia”, dijo a la radio Cadena Ser la candidata a la presidencia de la región de Madrid, Cristina Cifuentes, representante del ala moderada del PP.
Los españoles “quieren que cambiemos comportamientos, que tengamos más cercanía”, añadió.
El PP, que dirigía 13 de las 17 regiones españolas, perdió 2,5 millones de votos, pese a que sigue siendo la primera fuerza en número de sufragios (27%).
La formación del jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, podría perder el poder en seis regiones: Extremadura (oeste), donde el PSOE está en cabeza, y otras cinco regiones si hay distintas alianzas: Aragón (norte), Cantabria (norte), Castilla La Mancha (centro), archipiélago balear (este) y, por último, su bastión de Valencia (este), asediado por varios escándalos de corrupción, que podría perder si se alían los socialistas y la plataforma ciudadana de izquierdas, Compromis.
Podemos, creado en enero de 2014 por un grupo de profesores de ciencias políticas, irrumpe como tercera fuerza política en una decena de regiones, lo que le permitirá imponer una parte de sus ideas.
“Tenemos la mano tendida, pero quien quiera entenderse con nosotros tiene que asumir que hay que hacer políticas distintas a las que se han hecho hasta ahora”, declaró este lunes, su líder, Pablo Iglesias.
La otra nueva formación nacional, Ciudadanos, se presentó como “la tercera fuerza política a nivel municipal” y también se mostró dispuesta a pactos para lo que ha creado un “comité de pactos”.
(Con información de AFP)