“Hitler era un gángster”, dice Gerhard Bartels, quien hace
más de 80 años fuera elegido por Adolf Hitler para ser embajador de su
propaganda nazi, justo antes de que iniciara la Segunda Guerra Mundial.
Pese al paso del tiempo, Bartels no se había atrevido a
hablar. De acuerdo con información del diario abc.es, la imagen del niño
protagonizó todo tipo de en postales, libros y material de campaña que
ensalzaba al régimen nazi.
¿Qué piensa este niño ahora en su etapa adulta?
“Iba a conocer al Führer”, recuerda, “no me permitían jugar
ese día con los otros niños para que no ensuciara mis ropas. No me gustaba nada
de aquello, porque yo solo quería salir a jugar”.
Bartels cuenta que fue seleccionado porque su tío, Isidor
Weiss, era amigo del Führer.
“Hitler era un gánster. Los nazis me usaron con fines de
propaganda. Se me usó para mostrar el amor de Hitler por los niños. Pero todos
los dictadores hicieron lo mismo, desde Mussolini a Stalin. Yo fui elegido
porque obviamente encajaba con lo que Hitler pensaba que era un buen hijo ario”,
dice Bartels.
Sobre su encuentro con uno de los hombres más temidos,
cuenta que fue desobediente, pues pese a
que había recibido instrucciones para saludar con las palabras habituales “Heil
Mein Führer”, él se rebeló y no lo hizo.
“Incluso a una edad tan temprana, en el fondo yo sabía que
me estaban manipulando”, reiteró.
El encargado de los retratos del pequeño fue Heinrich
Hoffmann, el fotógrafo personal de Hitler. Quien por la anécdota de Bartels,
jamás cumplió con la recompensa que prometió Hitler a cambio de las fotos.
“Yo estaba feliz de ser fotografiado porque pensé que iba a
tener una gran rebanada de pastel de manzana”, expresó entre recuerdos, pero su fotógrafo se
llevó todas las fotos y 80 años después sigo esperando ese trozo de tarta”.
“Como muchas otras promesas de Hitler, lo que decía en el
momento sonaba bien pero no era lo que él quería hacer”, señaló.
Gerhard Bartels tenía la fisionomía perfecta del niño ario según Hitler. Su tez blanca, ojos azules y rojas mejillas representaban el
ideal de hombre perfecto para Führer.