El gobierno argentino denunció penalmente
por contrabando y evasión fiscal al poderoso exagente de inteligencia Antonio
‘Jaime’ Stiuso, destituido en diciembre y quien había colaborado estrechamente
con el fallecido fiscal Alberto Nisman, informó el martes la Secretaría de
Inteligencia (SI).
Stiuso y otros dos agentes de inteligencia
fueron acusados de cometer una “cuantiosa maniobra de contrabando
perpetrada por un sector de los funcionarios de la Secretaría de
Inteligencia”, informó el secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, en
una conferencia de prensa en la casa de Gobierno.
“Se trató de 67 importaciones por un
total de 94 000 kilos de mercadería entre 2013 y 2014, lo que calificamos como
contrabando porque no estaba destinada a la SI”, dijo Parrilli, aunque
aclaró que aún no se puede “cuantificar el monto”.
Precisó que la maniobra se llevó a cabo a
través de una veintena de empresas importadoras, “la mayoría de
Miami”, y que incluía material médico, oftalmológico y de juguetes
electrónicos, entre otros.
El funcionario agregó que se encontraron
con “una perlita”, ya que de acuerdo con el informe de la Dirección
de Migraciones, la camioneta negra que utilizó Stiuso para irse de Argentina a
Uruguay la semana pasada, tras declarar como testigo en la fiscalía por el caso
Nisman, pertenece a la empresa House to House S.A., una de las firmas
supuestamente involucradas en el contrabando.
Parrilli, un hombre de confianza de la
presidenta Cristina Kirchner, se hizo cargo de la Secretaría de Inteligencia en
diciembre pasado, cuando fue destituida la cúpula y, entre ellos, Stiuso, quien
era jefe de Operaciones de la SI luego de estar al servicio de la inteligencia
argentina desde 1972.
Stiuso declaró casi en secreto durante el
feriado de carnaval ante la fiscal Viviana Fein, que lo citó como testigo en el
marco de la causa que investiga la muerte de Alberto Nisman, el 18 de enero
pasado en circunstancias aún sin esclarecer.
Nisman estaba a cargo de la fiscalía
especial por el atentado a la mutual judía AMIA en 1994, con 85 víctimas
fatales, y apareció muerto de un disparo en la cabeza en su departamento un día
antes de presentarse en el Congreso para dar precisiones sobre una denuncia
contra la presidenta.
Cuatro días antes de morir, Nisman había
acusado a Kirchner y a su canciller, Héctor Timerman, de encubrir a
exgobernantes iraníes supuestamente involucrados en el atentado antisemita de
1994.
Parrilli dijo que presentó la denuncia
penal el lunes ante el juzgado Penal Económico de Rafael Caputo y que fueron
suspendidos preventivamente por 60 días otros dos agentes de inteligencia que
aún estaban en funciones.
“No es un simple contrabando, sino que
está agravado por haber usado prerrogativas que la ley le otorga en beneficio
propio”, aseguró.
El delito de contrabando agravado
prevé una pena de 4 a 10 años de prisión.
(Con información de AFP).