Los más preocupados con la visita del presidente estadounidense al Estado de México son el Servicio Secreto, la CIA y el FBI.
De acuerdo con información de inteligencia del gobierno de Estados Unidos, solo 3000 miembros de las llamadas autodefensas, de 20 000 que las integran, según la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, están armados y operan con ciertos conocimientos en cuestiones bélicas al haber formado parte, en algún momento, de las filas en la milicia, la delincuencia organizada o grupos rebeldes de gran calado en el estado de Michoacán. Esta situación no le es muy cómoda al FBI, la CIA y al Servicio Secreto del país del norte, cuyos estrategas rastrean desde la semana antepasada la zona en donde estará Barack Obama durante su estancia en México, en la ciudad de Toluca, capital del Estado de México, situada a unos 40 minutos de la capital de la República Mexicana.
El 19 de febrero se llevará a cabo en esta ciudad la reunión trilateral entre los presidentes de Estados Unidos y México y el primer ministro de Canadá, Barack Obama, Enrique Peña Nieto y Stephen Harper, respectivamente, quienes abordarán temas de economía y seguridad, además de algunos relacionados en el Tratado de Libre Comercio al cumplirse 20 años de haber entrado en vigor, en el marco de lo que se denomina Cumbre de Líderes de América del Norte.
No obstante, la importancia de este encuentro, la logística de seguridad del primer ministro canadiense y de Barack Obama, sobre todo del segundo, podría concluir que no es del todo cómodo llevar a Toluca al político más poderoso del mundo, incluso con posible sugerencia de cambiar la sede en virtud de que la lucha que libra el gobierno mexicano contra los grupos del narcotráfico está apenas a unos cuantos kilómetros del la zona en donde se tiene programado el encuentro internacional. Es decir:
1. Los Templarios, grupo de la delincuencia organizada que es perseguido por la fuerzas federales mexicanas, tomaron como lugar de sus actuaciones la entidad purépecha de Michoacán.
2. Esta ciudad mexicana colinda con el Estado de México, a unos cuantos kilómetros de distancia de donde se efectuará la reunión trilateral Canadá-Estados Unidos–México.
El clima de psicosis que afecta a la población que habita en los límites de Michoacán, pertenecientes al Estado de México, no ofrece todas las garantías para respirar normalidad y tranquilidad.
Incluso la semana pasada el gobernador del Estado de México —entidad a la cual pertenece Toluca—, Eruviel Ávila Villegas, insistió en que se había blindado la frontera con Michoacán, una de las puertas de la parte sur de entrada a Toluca, en donde participan efectivos del Ejército Mexicano, la Marina, La Policía Federal, elementos de las corporaciones locales y municipales, además de grupos de inteligencia.
Es, pues, un escenario que corresponde a características de una guerra civil regional en México que incomoda al Servicio Secreto estadounidense.
De acuerdo con publicaciones en la red, Barack Obama, el hombre más poderoso del mundo, al iniciar su segundo mandato decidió poner su seguridad en manos de una mujer. Y esa mujer, bromeó el presidente de Estados Unidos, tendrá ahora más control sobre su vida que nadie más, salvó su esposa.
“No podría poner nuestras vidas en mejores manos que las de Julia”, expresó Obama. Se refería a Julia Pierson, una “rompemoldes”, tal como la calificó luego del juramento que la convirtió en la primera mujer en liderar el Servicio Secreto, la agencia que vela por la seguridad de los presidentes de Estados Unidos.
Pero Pierson no fue la única mujer que marcó un hito al inicio del segundo período de Obama. El diario The Washington Post reveló que otra mujer, cuya identidad retuvo, está al frente del Servicio Clandestino de la CIA, el cuerpo de espías de élite que recolecta información vital para la seguridad nacional y la política exterior de Estados Unidos.
En su momento, una tercera mujer, Lisa Mónaco, sonó fuerte para hacerse cargo del FBI. Todo un reflejo del avance de las mujeres en rincones delicados del Estado, comúnmente asociados a la testosterona de personajes como Eliot Ness o James Bond.
De este nivel es la logística que se aplica en estos momentos en una zona del centro de la ciudad de Toluca para garantizar la seguridad de Barack Obama, del primer ministro de Canadá y Enrique Peña Nieto, con la salvedad de que se podría cambiar de sede si el crimen organizado en la frontera con Michoacán no amaina su actividad en los próximos días al estar localizado a unos minutos del epicentro de la programada reunión trilateral que encabezará el mandatario más poderoso del mundo.