E
l sector empleador en general dice sí a la reducción de la jornada laboral a 40 horas, pero revisando el aspecto fiscal y con estímulos para incentivar la formalidad.
Este mismo año se presentará y aprobará la iniciativa de reforma la cual debe darse de forma gradual y equilibrada que permita su implementación, por lo cual se han estado llevando a cabo foros en seis de las principales ciudades del país. Hoy, al momento de esta entrega, se está llevando a cabo el último de dichos foros organizados por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social para la elaboración de la iniciativa de Ley sobre la reducción de la jornada en los que participarán el sector obrero y el sector empresarial, así como académicos y organismos internacionales.
El pasado 30 de junio se llevó a cabo uno de estos foros en la ciudad de Tijuana, Baja California y hubo una excelente participación de varios representantes de empresas, de trabajadores, del gobierno federal y estatal, así como académicos del Colegio de la Frontera Norte (COLEF).
Uno de los puntos en los que hubo mayor consenso por parte de representantes de trabajadores y de empleadores, es la urgencia de ajustar el Impuesto Sobre la Renta y Subsidio al Empleo a la realidad de los salarios fronterizos. Este punto es importantísimo, ya que el salario promedio fronterizos no alcanzan subsidio alguno.
Aunque el esquema fiscal no necesariamente tiene relación con la reducción de la jornada, es un buen momento para incidir en que se modifique por parte del gobierno federal.
El subsidio para el empleo es un beneficio fiscal diseñado para apoyar a los trabajadores remunerados con bajos ingresos, para reducir el impacto del impuesto sobre la renta en su economía; sin embargo, dados los últimos aumentos al salario mínimo en la zona libre de la frontera norte, dicho subsidio no alcanza para apoyar a los que menos ganan en esta zona.
Es necesario insistir en que las reformas laborales deben acompañarse de una reforma modificatoria a la tabla de retenciones de impuesto acorde a los salarios de hoy en día, ya que el subsidio al empleo ha quedado obsoleto para los salarios fronterizos.
Cabe aclarar que, según la propia ley del Impuesto sobre la renta, los trabajadores que perciben únicamente el salario mínimo, no pagan impuesto sobre la renta. También la Ley Federal del Trabajo es muy específica, en el sentido de protección al salario, prohibiendo los descuentos cuando únicamente se recibe el salario mínimo. Sin embargo, si reciben otras percepciones o un peso más, ya no perciben el salario mínimo y si hay un impuesto que pagar sin alcanzar subsidio al empleo alguno, hablando de la zona libre de la región fronteriza.
En mi opinión, la solución es revisar y modificar las tablas de impuesto y subsidio en congruencia con la realidad de los salarios de hoy, pero considerando también los salarios fronterizos, o tener dos tablas de subsidio, con la mejor intención de que los aumentos salariales lleguen a los trabajadores y no se diluyan en impuestos. Solo de esa manera se logrará el objetivo de elevar el nivel de vida de los trabajadores y sus familias.
Por otra parte, además, en Baja California tenemos una de las tasas más altas de Impuesto Sobre Remuneraciones al Trabajo Personal, o Impuesto Sobre Nóminas de todo el país.
Es muy bueno que hayan venido de la STPS Federal hasta donde inicia la patria a escuchar las voces y el sentir de una de las ciudades más incomprendidas de México. ¡Qué bueno que hayan escogido Tijuana entre las seis ciudades sede!
Cabe reconocer que la reforma que busca reducir la jornada máxima a 40 horas semanales es sumamente necesaria e importante, pues México ocupa uno de los peores lugares en horas trabajadas entre los países de la OCDE, sin embargo, no se puede avanzar sin una revisión integral incluyendo el esquema fiscal.
La reducción de la jornada debe evaluarse desde una perspectiva de competitividad de mano de obra calificada y de mentes calificadas en un contexto global, pues México no solo compite en los mercados internacionales contra otros países de América si no con todo el mundo por atraer y retener inversiones naciones y extranjeras que generen empleos formales y bien remunerados. Sí a la reducción de la jornada con las condiciones adecuadas para promover el desarrollo económico del estado y del país.N
La autora es contadora pública certificada, especialista en seguridad social ysocia de la firma Mauricio Monroy Contadores, Ibáñez Soltero Gómez Paz y Monroy, S. C.